Representación artística de nuestra galaxia, la Vía Láctea, rodeada de decenas de corrientes estelares (resaltadas en colores). Eran las galaxias satélite compañeras o cúmulos globulares que ahora están siendo destrozados por la gravedad galáctica. - JAMES JOSEPHIDES AND S5 COLLABORATION
MADRID, 12 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo mapa de doce corrientes de estrellas que orbitan dentro de nuestro halo galáctico han permitido dar un paso más para revelar las propiedades de la materia oscura que envuelve la Vía Láctea.
Comprender estas corrientes estelares es muy importante ya que, además de revelar la materia oscura que mantiene a las estrellas en sus órbitas, también hablan de la historia de la formación de la Vía Láctea, revelando que la galaxia ha crecido de forma constante durante miles de millones de años al destrozar y consumir sistemas estelares más pequeños.
"Vemos cómo estas corrientes se ven alteradas por la atracción gravitatoria de la Vía Láctea y acaban formando parte de ella. Este estudio nos ofrece una instantánea de los hábitos de alimentación de la Vía Láctea, como los tipos de sistemas estelares más pequeños que "come". A medida que nuestra galaxia envejece, va engordando", afirma en un comunicado la profesora de la Universidad de Toronto (Canadá) Ting Li, autora principal del trabajo, publicado en Astrophysical Journal de la American Astronomical Society.
La profesora Li y su equipo internacional de colaboradores iniciaron un programa específico -el Estudio Espectroscópico de la Corriente Estelar del Sur (S5)- para medir las propiedades de las corrientes estelares: los restos triturados de pequeñas galaxias vecinas y cúmulos estelares que están siendo desgarrados por nuestra propia Vía Láctea.
Li y su equipo son el primer grupo de científicos que estudia una colección tan rica de corrientes estelares, midiendo las velocidades de las estrellas con el Telescopio Anglo-Australiano (AAT), un telescopio óptico de 4 metros situado en Australia.
Utilizaron el desplazamiento Doppler de la luz -la misma propiedad que utilizan las pistolas de radar para captar a los conductores que circulan a gran velocidad- para averiguar la velocidad a la que se mueven las estrellas individuales.
A diferencia de los estudios anteriores, que se han centrado en una corriente a la vez, "el S5 se dedica a medir tantas corrientes como sea posible, lo que podemos hacer de manera muy eficiente con las capacidades únicas del AAT", comenta el coautor, el profesor Daniel Zucker, de la Universidad Macquarie.
Las propiedades de las corrientes estelares revelan la presencia de la invisible materia oscura de la Vía Láctea. "Piensa en un árbol de Navidad --explica el coautor, el profesor Geraint F. Lewis, de la Universidad de Sidney (Australia)--. En una noche oscura, vemos las luces de Navidad, pero no el árbol en el que están envueltas. Pero la forma de las luces revela la forma del árbol. Lo mismo ocurre con las corrientes estelares: sus órbitas revelan la materia oscura".
Además de medir sus velocidades, los astrónomos pueden utilizar estas observaciones para calcular la composición química de las estrellas, lo que nos indica dónde nacieron.
"Las corrientes estelares pueden provenir de galaxias en disrupción o de cúmulos estelares --explica el profesor Alex Ji de la Universidad de Chicago, coautor del estudio--. Estos dos tipos de corrientes proporcionan diferentes conocimientos sobre la naturaleza de la materia oscura".
Según la profesora Li, estas nuevas observaciones son esenciales para determinar cómo surgió nuestra Vía Láctea del universo sin rasgos después del Big Bang. "Para mí, ésta es una de las cuestiones más intrigantes, una pregunta sobre nuestros orígenes últimos --reconoce Li--. Es la razón por la que fundamos el S5 y creamos una colaboración internacional para abordarlo".
Un ingrediente crucial para el éxito del S5 fueron las observaciones de la misión espacial europea Gaia. "Gaia nos proporcionó exquisitas mediciones de las posiciones y movimientos de las estrellas, esenciales para identificar a los miembros de las corrientes estelares", afirma el doctor Sergey Koposov, lector de astronomía observacional en la Universidad de Edimburgo y coautor del estudio.
El equipo de Li tiene previsto realizar más mediciones de corrientes estelares en la Vía Láctea. Mientras tanto, está satisfecha con estos resultados como punto de partida. "En la próxima década, habrá muchos estudios dedicados a las corrientes estelares --afirma--. Somos pioneros y exploradores en este viaje. Va a ser muy emocionante".