MADRID, 19 Dic. (EUROPA PRES) - La Agencia Espacial Europea y las oficinas de respuesta a desastres de los estados miembros han ensayado cómo reaccionar si una roca espacial entra en curso de colisión con la Tierra. En su primer simulacro de este tipo, se realizó una cuenta atrás para un impacto, con medidas que deberían adoptarse en caso de que objetos cercanos a la Tierra de varios tamaños se acercasen a la Tierra. El ejercicio considera la amenaza de un imaginario, pero plausible, asteroide con un diámetro de 12 hasta 38 metros, que abarca más o menos el rango entre el que explotó en el aire en 2013 sobre Chelyabinsk y el evento de Tunguska de 1908, que se desplazase a 12,5 kilómetros por segundo. Los equipos se enfrentan al reto de decidir lo que debe suceder en cinco momentos críticos, y se centraron en 30, 26, 5 y 3 días antes y 1 hora después del impacto, informa la ESA.. "Hay un gran número de variables a tener en cuenta en la predicción de los efectos y daños de cualquier impacto de un asteroide, ya que las simulaciones son muy complejas", dice Detlef Koschny, responsable de objetos cercanos a la Tierra en la Oficina de la ESA sobre Conciencia sobre Situaciones Espaciales (SSA). "Estos incluyen el tamaño, masa, velocidad, composición y ángulo de impacto. Sin embargo, esto no debe impedir que Europa desarrolle un amplio conjunto de medidas que podrían ser tomadas por las autoridades públicas nacionales, que pueden ser lo suficientemente generales como para dar cabida a una gama de posibles efectos". Con la tecnología actual, se puede predecir los efectos posibles de una roca espacial tres días antes de la colisión, con buenas estimaciones de la masa, el tamaño, la composición y la ubicación del impacto. Durante el evento de 2013 en Chelyabinsk, por ejemplo, el asteroide, con una masa de alrededor de 12.000 toneladas y un tamaño de 19 metros, golpeó la atmósfera superior con un ángulo pequeño y una velocidad de 18,6 kilómetros por segundo, con una explosión que liberó una energía de 480 kilotones de TNT, a una altura de 25 a 30 kilómetros. Pese al peligro, no se registraron heridos debido a la caída de fragmentos. En cambio, más de 1.500 personas resultaron heridas y 7.300 edificios dañados por la intensa sobrepresión generada por la onda de choque en la superficie de la Tierra. Muchas personas fueron heridas por fragmentos de cristal cuando se asomaron por las ventanas para ver lo que estaba sucediendo. "En tal caso, una advertencia adecuada por las autoridades civiles incluiría simplemente decirle a la gente que se mantenga lejos de las ventanas, y permanecer dentro de las partes más fuertes de un edificio, tales como el sótano, similar a la práctica habitual durante los tornados en los EE.UU.". @CIENCIAPLUS