Ilustración del Bucle de Barnard - MICHAEL FOLEY
MADRID, 17 Jun. (EUROPA PRESS) -
Explosiones de supernovas en los últimos 4 millones de años produjeron grandes cavidades en el material interestelar asociado con la región de formación estelar de Orión en la Vía Láctea.
Según un nuevo estudio, una cavidad en particular puede ayudar a explicar el origen del Bucle de Barnard, un famoso y misterioso semicírculo en el cielo nocturno observado por primera vez en 1894.
Astrónomos que estudian la estructura de la galaxia de la Vía Láctea han publicado la vista 3D de mayor resolución de la región de formación estelar de Orión. La imagen y la figura interactiva se presentaron en una conferencia de prensa organizada por la Sociedad Astronómica Estadounidense.
Dirigido por investigadores del Centro de Astrofísica Harvard & Smithsonian, el trabajo conecta datos 3D sobre estrellas jóvenes y gas interestelar alrededor del complejo de regiones de formación estelar de Orión.
El estudio, que está disponible como preimpresión en Authorea, se basa en posiciones y velocidades 3D de estrellas jóvenes y nubes interestelares obtenidas con Gaia, un telescopio espacial dirigido por la Agencia Espacial Europea. El equipo combinó los datos 3D derivados de Gaia con las observaciones 2D existentes de la región de Orión para reconstruir su historia de formación estelar.
"Nuestra primera mirada en 3D a gran escala de Orión nos dice mucho", dice en un comunicado Michael Foley, estudiante graduado en el Centro de Astrofísica (CfA) que dirigió el estudio. "Antes de este trabajo, la mayoría de los estudios de Orión se limitaban a dos dimensiones: arriba-abajo y de izquierda a derecha en el cielo. Al agregar la tercera dimensión, la distancia, podemos comenzar a trazar todo tipo de estructuras interesantes, como enormes cavidades de gas y polvo o cúmulos de estrellas con movimientos muy interesantes. La combinación de la información del gas interestelar y las estrellas nos lleva a creer que varias supernovas produjeron cavidades en los últimos millones de años".
"Orion ha tenido una historia bastante emocionante", agrega.
Una de las cavidades detectadas por el equipo parece corresponder con el Bucle de Barnard, un famoso arco gigante de gas caliente en la región de Orión que los astrónomos han estudiado durante más de cien años. Se debate el origen del arco, pero el nuevo estudio ofrece evidencia de que cierto cúmulo de estrellas, que produjo una o más supernovas, desempeñó un papel muy importante en la formación del bucle de Barnard.
La mayor parte de la formación de nuevas estrellas en el complejo de Orión parece ocurrir en los bordes de las cavidades gigantes, una de las cuales tiene casi 500 años luz de ancho, que aparecen en toda la región, lo que sugiere que las supernovas que formaron las cavidades son en última instancia responsables de la formación de la próxima generación de estrellas.
Los nuevos hallazgos son consistentes con el trabajo anterior del equipo sobre la burbuja local de la supercapa de Per-Tau alrededor del sol.
"Parece claro que vamos a ver una imagen de 'queso suizo' del medio interestelar, con estrellas formándose en el borde de los agujeros, a medida que mapeamos más y más de la galaxia", dice Alyssa Goodman, profesora de Harvard, CfA. astrónomo y coautor del estudio.
"Creemos que las capas y bucles en Orión, la capa Per-Tau y la Burbuja Local son los primeros de muchos descubrimientos que relacionan la formación de nuevas estrellas con las viejas supernovas", dice Foley. "Las supernovas barren el gas y el polvo en grupos densos, lo que lleva a los lugares de nacimiento perfectos para nuevas estrellas. La región de Orión, rica tanto en formación estelar como en supernovas, es el último ejemplo de eso".
Los nuevos resultados de Orión respaldan la teoría de que cuando las estrellas masivas terminan sus vidas como explosiones de supernova, crean condiciones propicias para la formación de nuevas estrellas. El equipo está trabajando arduamente analizando otras regiones de la galaxia de la Vía Láctea en 3D y utilizando simulaciones numéricas para ver qué tan común es realmente la formación de estrellas impulsada por supernovas.