El centro de la Nebulosa de la Laguna, captado por el Telescopio Hubble. - NASA, ESA
MADRID, 29 Mar. (EUROPA PRESS) -
El escape de helio-3 del núcleo terrestre, donde existen grandes almacenamientos de este isótopo provenientes del origen del Universo, sugiere que la Tierra se formó dentro de una nebulosa solar.
El helio-3 se ha medido en la superficie de la Tierra en cantidades relativamente pequeñas. Pero los científicos no sabían cuánto se estaba filtrando del núcleo de la Tierra, a diferencia de sus capas intermedias, llamadas manto.
Un nuevo estudio señala al núcleo como una fuente importante de helio-3 en la Tierra. Algunos procesos naturales pueden generar helio-3, como la desintegración radiactiva del tritio, pero el helio-3 se produce principalmente en nebulosas: nubes de gas y polvo giratorias masivas como la que dio origen a nuestro Sistema Solar. Debido a que el helio es uno de los primeros elementos producidos en el universo, la mayor parte del helio-3 se remonta al Big Bang.
A medida que un planeta crece, acumula material de su entorno, por lo que su composición refleja el entorno en el que se formó. Para obtener altas concentraciones de helio-3 en las profundidades del núcleo, la Tierra tendría que haberse formado dentro de una nebulosa solar próspera, no en sus márgenes o durante su fase menguante.
La nueva investigación, publicada en la revista Geochemistry, Geophysics, Geosystems, agrega más pistas al misterio que rodea la formación de la Tierra, brindando evidencia adicional a la teoría de que nuestro planeta se formó dentro de la nebulosa solar.
Alrededor de 2.000 gramos de helio-3 se escapan de la Tierra cada año, "lo suficiente como para llenar un globo del tamaño de su escritorio", dijo en un comunicado el autor principal del estudio, Peter Olson, geofísico de la Universidad de Nuevo México. "Es una maravilla de la naturaleza, y una pista para la historia de la Tierra, que todavía haya una cantidad significativa de este isótopo en el interior de la Tierra".
Los investigadores modelaron el helio durante dos etapas clave de la historia de la Tierra: la formación temprana, cuando el planeta acumulaba helio, y después de la formación de la Luna, después de la cual se perdió el helio. La evidencia sugiere que un objeto de un tercio del tamaño de la Tierra golpeó el planeta al principio de su historia, hace unos 4.000 millones de años, y ese impacto habría vuelto a derretir la corteza terrestre, permitiendo que escapara gran parte del helio. El gas continúa escapando hasta el día de hoy.
Usando la tasa de fuga moderna de helio-3 junto con modelos de comportamiento de isótopos de helio, los investigadores estimaron que hay entre 10 teragramos (10 elevado a la 13 gramos) y un petagramo (10 elevado a la 15 gramos) de helio-3 en el núcleo, una gran cantidad que, según Olson, señala a la formación de la Tierra dentro de la nebulosa solar, donde las altas concentraciones del gas habrían permitido que se acumulara en las profundidades del planeta.
Sin embargo, el trabajo futuro en busca de otros gases creados por la nebulosa, como el hidrógeno, que se filtre en tasas y ubicaciones similares a las del helio-3 podría ser una "pistola humeante" para el núcleo como fuente, dijo Olson. "Hay muchos más misterios que certezas".