MADRID, 19 Dic. (EUROPA PRESS) -
Muestras traidas a la Tierra del asteroide Ruygu estudiadas en el sincrotrón Diamond Light Source del Reino Unido han permitido avanzar en la comprensión de nuestro sistema solar.
Investigadores de la Universidad de Leicester llevaron un fragmento del asteroide Ryugu a la línea de luz I14 del Nanoprobe Diamond, donde se utilizó una técnica especial llamada Espectroscopia de Absorción de Rayos X en el Borde Cercano (XANES) para trazar los estados químicos de los elementos del material del asteroide y examinar su composición en detalle.
El equipo también estudió los granos del asteroide utilizando un microscopio electrónico en el Centro de Imágenes de Ciencias Físicas Electrónicas (ePSIC) de Diamond.
Julia Parker, la científica principal de la línea de luz I14 en el Diamond, explica en un comunicado que "la nanosonda de rayos X permite a los científicos examinar la estructura química de sus muestras a escalas de micras a nanométricas, lo que se complementa con la resolución nanométrica a atómica de las imágenes en el ePSIC".
"Es muy emocionante poder contribuir a la comprensión de estas muestras únicas, y trabajar con el equipo de Leicester para demostrar cómo las técnicas en la línea de luz, y correlativamente en el ePSIC, pueden beneficiar a futuras misiones de retorno de muestras", asegura.
Los datos recogidos en el Diamond, publicados en la revista 'Nature Astronomy', contribuyeron a un estudio más amplio de las características de la meteorización espacial en el asteroide. Las muestras prístinas del asteroide permitieron a los colaboradores explorar cómo la meteorización espacial puede alterar la composición física y química de la superficie de asteroides carbonáceos como Ryugu.
Los investigadores descubrieron que la superficie de Ryugu está deshidratada y que es probable que la meteorización espacial sea la responsable. Los resultados del estudio han llevado a los autores a concluir que los asteroides que parecen secos en superficie pueden ser ricos en agua, lo que podría exigir una revisión de nuestra comprensión de las abundancias de los tipos de asteroides y de la historia de la formación del cinturón de asteroides.
Ryugu es un asteroide cercano a la Tierra, de unos 900 metros de diámetro, descubierto por primera vez en 1999 dentro del cinturón de asteroides situado entre Marte y Júpiter. Recibe su nombre del palacio submarino del Dios Dragón de la mitología japonesa. En 2014, la agencia espacial estatal japonesa JAXA lanzó Hayabusa2, una misión de retorno de muestras de asteroides, para encontrarse con el asteroide Ryugu y recoger muestras de material de su superficie y subsuperficie.
La nave regresó a la Tierra en 2020, liberando una cápsula que contenía valiosos fragmentos del asteroide. Estas pequeñas muestras se distribuyeron a laboratorios de todo el mundo para su estudio científico, incluida la Escuela de Física y Astronomía y el Parque Espacial de la Universidad de Leicester, donde John Bridges, uno de los autores del artículo, es catedrático de Ciencias Planetarias.
"Esta misión única para recoger muestras de los bloques de construcción carbonosos más primitivos del Sistema Solar necesita la microscopía más detallada del mundo, y por eso JAXA y el equipo de Mineralogía de Grano Fino quisieron que analizáramos las muestras en la línea de luz de nanoprobe de rayos X de Diamond --explica Bridges--. Ayudamos a revelar la naturaleza de la meteorización espacial en este asteroide, con impactos de micrometeoritos y el viento solar creando minerales de serpentina deshidratados, y una reducción asociada de Fe3+ oxidado a Fe2+ más reducido".
Añade que "es importante acumular experiencia en el estudio de muestras devueltas por asteroides, como en la misión Hayabusa2, porque pronto llegarán a la Tierra nuevas muestras de otros tipos de asteroides, de la Luna y, en los próximos 10 años, de Marte. La comunidad británica podrá realizar algunos de los análisis críticos gracias a nuestras instalaciones en Diamond y a los microscopios electrónicos de ePSIC", afirma.
Los componentes básicos de Ryugu son restos de interacciones entre agua, minerales y materia orgánica en los inicios del Sistema Solar, antes de la formación de la Tierra. Comprender la composición de los asteroides puede ayudar a explicar cómo se desarrolló el Sistema Solar primitivo y, posteriormente, cómo se formó la Tierra.
Incluso pueden ayudar a explicar cómo surgió la vida en la Tierra, ya que se cree que los asteroides trajeron gran parte del agua del planeta, así como compuestos orgánicos como los aminoácidos, que proporcionan los bloques de construcción fundamentales a partir de los cuales se construye toda la vida humana.
La información que se está obteniendo de estas diminutas muestras de asteroides nos ayudará a comprender mejor el origen no sólo de los planetas y las estrellas, sino también de la propia vida. Ya se trate de fragmentos de asteroides, pinturas antiguas o estructuras víricas desconocidas, en el sincrotrón los científicos pueden estudiar sus muestras utilizando una máquina 10.000 veces más potente que un microscopio tradicional.