MADRID, 18 May. (EUROPA PRESS) -
Investigadores dirigidos por Pieter van Dokkum en la Universidad de Yale han usado el Observatorio WM Keck para confirmar la existencia de la clase más difusa de galaxias conocida.
Estas "galaxias esponjosas" son casi tan amplias como nuestra propia galaxia, la Vía Láctea - unos 60.000 años luz - sin embargo, sólo albergan un uno por ciento de estrellas. Los hallazgos han sido publicados en la revista Astrophysical Journal Letters.
"Si la Vía Láctea es un mar de estrellas, entonces estas galaxias recién descubiertas son como jirones de nubes", dijo van Dokkum. "Estamos empezando a formar algunas ideas acerca de cómo nacieron y es notable que hayan sobrevivido. Se encuentran en una densa región de espacio lleno de materia oscura y galaxias zumbando alrededor, así que pensamos que deben ser envueltas por su propia materia oscura invisible, que hace de escudo protegiéndolas de este asalto intergaláctico ".
El equipo hizo el descubrimiento mediante la combinación de los resultados de uno de los telescopios más pequeños del mundo, así como el mayor telescopio en la Tierra. The Dragonfly Telephoto Array utiliza sus cámaras de telefoto de 14 centímetros de última generación para producir imágenes digitales de objetos difusos muy débiles. A continuación, el telescopio Keck 1 de 10 metros del Keck Observatory, con su Espectrógrafo de Imágenes de Baja Resolución, separó la luz de uno de los objetos en colores que diagnostican su composición y la distancia.
Encontrar la distancia era la evidencia decisiva. Los datos del Observatorio Keck mostraron que las difusas "manchas" son muy grandes y están muy lejos, a unos 300 millones de años luz. Las manchas pueden ahora con seguridad ser llamadas Galaxias Ultra Difusas.
"Si hay extraterrestres que vivan en un planeta en una galaxia ultra-difusa, no tendrían ninguna banda de luz a través del cielo, como nuestra propia Vía Láctea, para decirles que están viviendo en una galaxia. El cielo nocturno estaría mucho más vacío de estrellas ", dijo el miembro del equipo Aaron Romanowsky, de la Universidad Estatal de San José.
Estas galaxias se encontraron en un área del cielo llamado el cúmulo de Coma, donde miles de galaxias se han reunido en una danza gravitacional. "Nuestros objetos se suman a la gran diversidad de galaxias que se conocían con anterioridad, desde las elípticas gigantes que eclipsan la Vía Láctea, a las enanas ultracompactas", dijo el profesor de la Universidad de California Santa Cruz Jean Brodie.
"El gran reto ahora es averiguar de dónde vinieron estos misteriosos objetos", dijo Robert Abraham, de la Universidad de Toronto. El siguiente paso clave en su comprensión es precisar con exactitud la cantidad de materia oscura que tienen. Hacer esta medida será aún más difícil que el último trabajo.