Fuentes de energía de las salidas galácticas. - NATURE ASTRONOMY (2024). DOI: 10.1038/S41550-024-0
MADRID, 23 Sep. (EUROPA PRESS) -
Observaciones desde el espacio en rayos X han identificado varias estructuras magnetizadas que se extienden muy por encima y por debajo del plano de la Vía Láctea, unos 16.000 años luz.
Este descubrimiento, que desafía los modelos anteriores de la estructura y evolución de nuestra galaxia, reveland uno de los orígenes de las llamadas burbujas eROSITA, que son alimentadas a gran escala por intensos flujos de gas y energía que también se generan por la muerte explosiva de estrellas en supernovas.
Sorprendentemente, estas burbujas, observadas por el satélite eROSITA (un telescopio de rayos X a bordo de la misión espacial ruso-alemana Spectr-Roentgen-Gamma SRG), se extienden por el cielo de horizonte a horizonte, proporcionando las primeras mediciones detalladas del halo magnético de la Vía Láctea. Estos resultados se han publicado en Nature Astronomy.
El estudio revela que los campos magnéticos dentro de estas burbujas están altamente organizados, formando estructuras filamentosas delgadas. Estos filamentos se extienden hasta alrededor de 150 veces el diámetro de la luna llena, mostrando su inmensa escala. Los filamentos están relacionados con los vientos calientes con una temperatura de 3,5 millones de Kelvin, expulsados del Disco galáctico y alimentados por regiones de formación estelar.
He-Shou Zhang, el primer autor del artículo e investigador del INAF (Instituto Nacional de Astrofísica de Italia), destaca que "nuestros resultados encuentran que la intensa formación estelar en el extremo de la barra galáctica contribuye significativamente a estos flujos expansivos y multifásicos".
"Este trabajo proporciona las primeras mediciones detalladas de los campos magnéticos en el halo emisor de rayos X de la Vía Láctea y descubre nuevas conexiones entre las actividades de formación de estrellas y los flujos de salida galácticos. Nuestros hallazgos muestran que las crestas magnéticas que observamos no son simplemente estructuras casuales, sino que están estrechamente relacionadas con las regiones de formación de estrellas en nuestra galaxia", añade en un comunicado de la Universidad de Radboud, que participó en el estudio.
El equipo de investigación utilizó un estudio exhaustivo de múltiples longitudes de onda, que abarcaba frecuencias desde radio hasta rayos gamma, para analizar estas estructuras. Este enfoque detallado les permitió confirmar la naturaleza extendida de estas características magnéticas y su asociación con los procesos de retroalimentación galáctica. Cabe destacar que el estudio representa la primera evidencia observacional que vincula el anillo de formación de estrellas de la Vía Láctea al final de la barra galáctica con la formación de flujos de salida galácticos a gran escala.
"Este estudio marca un avance significativo en nuestra comprensión de la Vía Láctea", dice Gabriele Ponti del INAF. "Está bien establecido que una pequeña fracción de galaxias 'activas' pueden lanzar eflujos, impulsados por la acreción en agujeros negros supermasivos o eventos de formación estelar, que impactan profundamente a su galaxia anfitriona.
"Se cree que tales eflujos son ingredientes fundamentales para regular el crecimiento de las galaxias y los agujeros negros en sus centros. Lo que me resulta fascinante aquí es que vemos que la Vía Láctea, una galaxia inactiva como muchas otras, también puede expulsar eflujos poderosos y, en particular, que el anillo de formación de estrellas al final de la barra galáctica contribuye significativamente al eflujo galáctico.
"Tal vez la Vía Láctea revele un fenómeno común en galaxias similares a la Vía Láctea, ayudándonos así a arrojar luz sobre el crecimiento de estos objetos.
Este trabajo fue posible utilizando más de 10 estudios diferentes de todo el cielo, que abarcaron frecuencias desde ondas de radio hasta rayos gamma. He-Shou Zhang concluye: "Nuestro trabajo es un resultado oportuno. Se trata del primer estudio exhaustivo de múltiples longitudes de onda de las burbujas de eROSITA desde su descubrimiento en 2020.
"El estudio abre nuevas fronteras en nuestra comprensión del halo galáctico y contribuirá a nuestro conocimiento del complejo e impetuoso ecosistema de formación estelar de la Vía Láctea".