Galaxia con formación estelar eruptiva NGC 2366 - OBSERVATORIO DE CALAR ALTO, J. VAN EYMEREN
MADRID, 22 Nov. (EUROPA PRESS) -
Las galaxias enanas menos evolucionadas experimentan un retraso de diez millones de años en expulsar el gas que abarrota sus entornos, lo que permite que más estrellas se fusionen y evolucionen.
En estas galaxias enanas relativamente prístinas, estrellas masivas (estrellas entre 20 y 200 veces la masa de nuestro Sol) colapsan en agujeros negros en lugar de explotar como supernovas. Pero en galaxias más evolucionadas y contaminadas, como nuestra Vía Láctea, es más probable que exploten, generando así un superviento colectivo. El gas y el polvo son expulsados de la galaxia y la formación de estrellas se detiene rápidamente.
"A medida que las estrellas se convierten en supernovas, contaminan su entorno produciendo y liberando metales", dijo en un comunicado Michelle Jecmen, primera autora del estudio e investigadora de la Universidad de Michigan. "Argumentamos que en entornos galácticos de baja metalicidad que están relativamente no contaminados, hay un retraso de 10 millones de años en el inicio de fuertes supervientos, lo que, a su vez, da como resultado una mayor formación de estrellas".
Los investigadores, cuyos hallazgos se publican en Astrophysical Journal, señalan lo que se llama el diapasón de Hubble, un diagrama que representa la forma en que el astrónomo Edwin Hubble clasificó las galaxias. En el mango del diapasón se encuentran las galaxias más grandes. Enormes, redondas y repletas de estrellas, estas galaxias ya han convertido todo su gas en estrellas. A lo largo de los dientes del diapasón hay galaxias espirales que tienen gas y regiones de formación de estrellas a lo largo de sus brazos compactos. Al final de los dientes del diapasón se encuentran las galaxias más pequeñas y menos evolucionadas.
Este período de tranquilidad de 10 millones de años ofrece a los astrónomos la oportunidad de observar escenarios similares al amanecer cósmico, un período de tiempo justo después del Big Bang, dijo Jecmen. En las galaxias enanas prístinas, el gas se acumula y forma espacios a través de los cuales puede escapar la radiación. Este fenómeno previamente conocido se llama modelo de "valla de estacas", en el que la radiación ultravioleta se escapa entre los listones de la cerca. El retraso explica por qué el gas habría tenido tiempo de acumularse.
La radiación ultravioleta es importante porque ioniza el hidrógeno, un proceso que también ocurrió justo después del Big Bang y provocó que el universo pasara de opaco a transparente.
"Por lo tanto, observar galaxias enanas de baja metalicidad con mucha radiación ultravioleta es algo similar a mirar hasta el amanecer cósmico", dijo Jecmen. "Comprender el momento cercano al Big Bang es muy interesante. Es fundamental para nuestro conocimiento. Es algo que sucedió hace mucho tiempo; es tan fascinante que podamos ver situaciones similares en las galaxias que existen hoy".
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