MADRID, 19 Sep. (EUROPA PRESS) -
Esta imagen del telescopio espacial Hubble de la NASA/ESA muestra la galaxia espiral IC 4709, a 240 millones de años luz, en el que destaca un notable núcleo galáctivo activo (AGN).
Si el núcleo de IC 4709 solo tuviera estrellas, no sería tan brillante. En cambio, alberga un gigantesco agujero negro, 65 millones de veces más masivo que nuestro Sol.
Un disco de gas gira en espiral alrededor de este agujero negro y finalmente entra en él, chocando y calentándose a medida que gira. Alcanza temperaturas tan altas que emite grandes cantidades de radiación electromagnética, desde luz infrarroja hasta luz visible, ultravioleta y rayos X.
Una franja de polvo oscuro, apenas visible en el centro de la galaxia en la imagen de arriba, oscurece el AGN en IC 4709. La franja de polvo bloquea cualquier emisión de luz visible del propio núcleo. Sin embargo, la espectacular resolución del Hubble ofrece a los astrónomos una visión detallada de la interacción entre el AGN, que es bastante pequeño, y su galaxia anfitriona. Esto es esencial para comprender los agujeros negros supermasivos en galaxias mucho más distantes que IC 4709, donde no es posible resolver detalles tan finos.
Esta imagen incorpora datos de dos sondeos del Hubble de AGN cercanos identificados originalmente por el telescopio Swift de la NASA. Hay planes para que Swift recopile nuevos datos sobre estas galaxias. Swift alberga tres telescopios de múltiples longitudes de onda, que recogen datos en luz visible, ultravioleta, rayos X y rayos gamma. Su componente de rayos X permitirá a SWIFT ver directamente los rayos X del AGN de IC 4709 abriéndose paso a través del polvo que lo oscurece. El telescopio Euclid de la ESA, que actualmente estudia el universo oscuro en luz óptica e infrarroja, también obtendrá imágenes de IC 4709 y otros AGN locales. Sus datos, junto con los del Hubble, proporcionan a los astrónomos vistas complementarias de todo el espectro electromagnético.
Estos puntos de vista son fundamentales para investigar a fondo y comprender mejor los agujeros negros y su influencia en las galaxias que los albergan, según la NASA.