MADRID 1 Jun. (EUROPA PRESS) -
Científicos del MIT y de la Universidad de Aarhus (Dinamarca) identifican 74 exoplanetas, ubicados a cientos de años luz de la Tierra, que orbitan alrededor de sus respectivas estrellas en patrones circulares, igual que los planetas del Sistema Solar.
Estos 74 exoplanetas, que órbita 28 estrellas, son aproximadamente del tamaño de la Tierra y sus trayectorias circulares están en marcado contraste con las de los exoplanetas más masivos. Éstos tienen trayectorias que les obligan a acercarse demasiado a sus estrellas para después separarse en órbitas alargadas muy excéntricas.
"Hace veinte años, sólo sabíamos acerca de nuestro Sistema Solar y todo era circular. Todo el mundo esperaba órbitas circulares en todas partes", ha explicado el autor principal del trabajo, Vincent van Eylen.
"Entonces empezamos la búsqueda de exoplanetas gigantes, y nos encontramos de repente con toda una serie de excentricidades, así que había una pregunta abierta sobre si esto también se mantendría para los planetas más pequeños. Ahora hallamos que en estos planetas pequeños, lo circular parece ser la norma", ha apuntado.
En su trabajo, que ha sido publicado en 'Astrophysical Journal', Van Eylen señala que este descubrimiento es una "buena noticia en la búsqueda de vida en otros lugares". Entre otros requisitos, para que un planeta sea habitable tendría que ser del tamaño de la Tierra: lo suficientemente pequeño y compacto para estar hecho de roca y no de gas.
Si uno de estos pequeños planetas mantiene una órbita circular, sería aún más hospitalario para la vida, ya que apoyaría un clima estable durante todo el año. Por el contrario, un planeta con una órbita más excéntrica podría experimentar cambios drásticos en el clima al mantener distancias muy diferentes con respecto a su estrella.
"Si las órbitas excéntricas fueran comunes, sería preocupante para los planetas habitables, porque tendrían una gran variedad de propiedades climáticas. Pero lo que encontramos es que, probablemente, no tengamos que preocuparnos demasiado porque los casos circulares son bastante comunes", ha declarado
NÚMEROS DE CRUCES CON LA ESTRELLA
En el pasado, los investigadores calcularon las excentricidades orbitales de grandes exoplanetas, los conocidos como "gigantes gaseosos", utilizando la velocidad radial-técnica que mide el movimiento de una estrella. Como un planeta orbita alrededor de una estrella, su fuerza gravitacional tirará en la estrella, haciendo que se mueva en un patrón que refleja la órbita del planeta. Sin embargo, la técnica es más exitosa para los planetas más grandes, ya que ejercen suficiente atracción gravitatoria para influir en sus estrellas.
Los investigadores encuentran planetas más pequeños mediante el uso de un método de detección de tránsito, en el que estudian la luz emitida por una estrella, en busca de 'oscuros' en la luz estelar. Esto determina cuando un planeta cruza, o "tránsita", frente a esa estrella, momentáneamente disminuyendo su luz.
Por lo general, este método sólo ayuda a descubrir la existencia de un planeta, no su órbita. Pero Van Eylen y su colega Simon Albrecht, de la Universidad de Aarhus, idearon una manera de recoger información orbital a partir de datos de tránsito estelares.
Primero razonaron que si supieran la masa y el radio de la estrella de un planeta podrían calcular cuánto tiempo tarda un mundo en orbitar la estrella y, por lo tanto, si su órbita es circular. La masa y el radio de una estrella determina su atracción gravitatoria, que a su vez influye en la rapidez con un planeta viaja alrededor de la estrella.
NO TAN EXCÉNTRICA
Para obtener datos reales de tránsito, el equipo buscó a través de los datos recogidos en los últimos cuatro años por el telescopio Kepler de la NASA. Los científicos decidieron concentrarse en 28 estrellas a las que han medido previamente su masa y su radio.
Estas 28 estrellas albergan sistemas multiplanetarios, hasta sumar 74 mundos en total. Los investigadores obtuvieron datos de Kepler para cada exoplaneta y lograron determinar con su tránsito y la duración, cómo era su órbita.
"Encontramos que la mayoría de ellas estaban muy igualadas, lo que significa que sus órbitas están bastante cerca de ser circulares. Estamos muy seguros de que estos recorridos sin altas excentricidades son comunes", ha insistido Van Eylen.