MADRID, 5 May. (EUROPA PRESS) -
Un análisis de datos de varias fuentes usado para crear modelos descriptivos del interior de la Luna aporta nueva evidencia de que el satélite natural de la Tierra tiene también un núcleo sólido.
Además de este descubrimiento, un grupo de investigadores también presentan en la revista Nature evidencias que explican la presencia de materiales ricos en hierro en la corteza lunar.
Aunque la formación y evolución de la Luna todavía está sujeta a debate, la naturaleza de su estructura interior profunda ya se ha establecido. Más de cincuenta años después de las primeras misiones espaciales a la Luna, ya no hay lugar a dudas: tiene un núcleo interior sólido rodeado de un núcleo exterior fluido, como la Tierra. Esta hipótesis se ha confirmado ahora gracias al trabajo realizado por científicos del CNRS, la Université Cte d'Azur, el Observatorio de la Cte d'Azur, la Sorbonne Université y el Observatorio de París-PSL.
Unos veinte años después de la identificación de un núcleo externo fluido, el equipo ha revelado la existencia de un núcleo interno sólido de unos 500 km de diámetro, que es aproximadamente el 15% del tamaño total de la Luna. Está hecho de un metal cuya densidad es cercana a la del hierro. Varios métodos, relacionados en particular con la rotación de la Luna, ya habían permitido identificar claramente el núcleo exterior fluido. Sin embargo, el núcleo sólido permaneció indetectable debido a su pequeño tamaño. Ahora se ha demostrado su existencia utilizando datos de varias misiones espaciales y del alcance del láser lunar, informa el CNRS.
Además de este gran descubrimiento, varias evidencias identificadas por los científicos parecen apoyar la hipótesis del movimiento de material dentro del manto, la capa intermedia entre el núcleo y la corteza, durante la evolución de la Luna. Esto se conoce como el vuelco del manto lunar y ayuda a explicar la presencia de elementos ricos en hierro en la superficie de la Luna. ¿Cómo se llevó a cabo este proceso? El material podría haber subido a la superficie, produciendo rocas volcánicas que se depositaron en la corteza lunar. Posteriormente, los materiales que eran demasiado densos en comparación con el material de la corteza circundante se hundieron hasta el límite entre el núcleo y el manto.
Este trabajo proporciona una importante contribución a nuestra comprensión de la historia del sistema solar y de ciertos eventos como la desaparición del campo magnético lunar, que originalmente era cien veces más fuerte que el actual de la Tierra, y ahora es casi inexistente, según los autores.