MADRID, 11 Dic. (EUROPA PRESS) -
Más de la mitad de los candidatos a planetas alienígenas gigantes detectados por el prolífico telescopio espacial Kepler de la NASA son falsos positivos.
Un equipo de astrónomos dio seguimiento a 129 enormes potenciales exoplanetas descubiertos por Kepler utilizando un telescopio terrestre. Encontró que el 52 por ciento de los objetos son en realidad estrellas, mientras que otro 2 por ciento son extrañas 'estrellas fallidas', conocidas como enanas marrones.
"Se pensaba que la fiabilidad de la detección de exoplanetas de Kepler era muy bueno: entre 10 y 20 por ciento de ellos no eran planetas", declaró en un comunicado el autor principal del estudio Alexandre Santerne, de la Universidad de Oporto, informa Space.com.
"Nuestro amplio estudio espectroscópico de los exoplanetas más grandes descubiertos por Kepler, muestra que este porcentaje es mucho más alto, incluso por encima de 50 por ciento", añadió Santerne. "Esto tiene fuertes implicaciones en nuestra comprensión de la población de exoplanetas en la observación de Kepler".
Santerne y sus colegas llevaron a cabo este tipo de trabajo de seguimiento con 129 candidatos a mundos observados por Kepler que se pensaba eran aproximadamente del tamaño de Júpiter o más grandes usando el espectrógrafo SOPHIE, un instrumento instalado en el telescopio de 1,93 metros en el Observatorio de Haute-Provence en Francia.
A partir de julio de 2010 hasta julio de 2015, el equipo utilizó SOPHIE para medir pequeñas oscilaciones inducidas en la marcha de las estrellas madre por el tirón gravitacional de exoplanetas putativos. Esta estrategia, conocida como el método de la velocidad radial, permite determinar la masa de los objetos que las orbitan .
Las bservaciones de Kepler revelan diámetros de estos objetos, por lo que la combinación de los dos conjuntos de datos permite calcular sus densidades. Las mediciones mostraron que más de la mitad de los grandes planetas candidatos son en realidad estrellas - en concreto, "binarias eclipsantes" que cruzan la cara de sus compañeros estelares en sistemas de dos estrellas. Un 2 por ciento adicional son enanas marrones, cuerpos misteriosos que son más grandes que los planetas, pero demasiado pequeños para encender las reacciones de fusión nuclear que alimentan las estrellas.