MADRID, 16 Nov. (EUROPA PRESS) -
Los mundos acuáticos son en realidad mejores que sus contrapartes continentales para estabilizar las temperaturas de todo el planeta contra los cambios en la luminosidad de las estrellas anfitrionas.
Esto significa que los climas templados pueden existir en un rango más amplio de luminosidades estelares para los mundos acuáticos que para los planetas continentales, y pueden permanecer estables por más tiempo, lo que indica que estos mundos pueden ser objetivos valiosos en la búsqueda de vida, según un nuevo estudio.
A lo largo de millones de años, la estrella anfitriona de un planeta podría atenuarse o iluminarse gradualmente, o los patrones de desgasificación volcánica del planeta podrían cambiar lentamente. Si una evolución como esta también provocó cambios dramáticos en el clima general de un planeta, esto significaría una mala noticia para la habitabilidad: es posible que el planeta no pueda retener agua líquida durante escalas de tiempo lo suficientemente largas como para que se forme y evolucione la vida.
Entonces, ¿cómo se mantiene un clima estable frente a estos cambios lentos? Un factor crucial es tener un ciclo de carbonato-silicato. Este ciclo dicta cómo se mueve el carbono alrededor de un planeta, a veces enterrándolo profundamente por debajo de la superficie del planeta, a veces liberándolo a la atmósfera.
Este ciclo solo estabiliza el clima frente a cambios externos muy lentos, como el oscurecimiento gradual de una estrella, por lo que esta no es la solución a nuestra actual crisis de calentamiento global causada por las emisiones de combustibles fósiles. No obstante, es un componente importante cuando se considera la habitabilidad general de otros mundos.
En el nuevo estudio, los científicos Benjamin Hayworth y Bradford Foley (Universidad Estatal de Pensilvania) consideran cómo este ciclo podría verse afectado por la geografía de un planeta. ¿Los mundos cubiertos de agua harán un trabajo mejor o peor para mantener estable sus climas?
Hayworth y Foley señalan que tanto la tierra continental como los fondos marinos experimentan meteorización de silicatos y participan en el ciclo carbonato-silicato de un planeta. Sin embargo, las tasas de meteorización de la tierra continental y el fondo marino dependen de manera diferente de la temperatura de la superficie del planeta y de la presión parcial del dióxido de carbono, informa la American Astronomical Society.
Al tener en cuenta estas diferentes dependencias en los modelos climáticos y de meteorización, los autores muestran que los mundos acuáticos, que están dominados por la meteorización del fondo marino, son en realidad mejores que sus contrapartes continentales para estabilizar las temperaturas de todo el planeta contra los cambios graduales en la luminosidad de las estrellas anfitrionas.