MADRID, 7 Sep. (EUROPA PRESS) -
La combinación del poder del telescopio ALMA en Chile con un evento de lente gravitacional ha permitido observar y medir, por primera vez, viento galáctico en acción en el universo temprano.
Según informa Science, los investigadores observaron que el viento galáctico fluía desde una galaxia ubicada a 12.000 millones de años luz de la Tierra y se llamaba SPT2319-55. Además, determinaron que estos vientos son de tal magnitud que inhiben la formación de estrellas.
Dado el tiempo que tarda la luz en llegar a la Tierra desde tan lejos, esto significa que el viento que observaron los científicos salió de su galaxia solo mil millones de años después del Big Bang, en la infancia de nuestro universo.
"Observar los vientos en el universo distante es difícil", escribieron los investigadores. La luz de estas viejas galaxias es débil. Además, las huellas reveladoras de ese viento, observadas mientras se mueve, pueden ser ahogadas por otras señales provenientes del proceso continuo de ensamblaje de galaxias, escriben en su artículo los investigadores, informa el telescopio ALMA en un comunicado.
Para ver la firma del viento estelar, los investigadores confiaron en una 'mano amiga' de una segunda galaxia no tan lejana. Los objetos masivos como las galaxias tienen tanta gravedad que pueden doblarse y dar forma a la luz como lentes. Y en este caso, una de estas lentes gravitacionales hizo que SPT2319-55 se viera mucho más grande desde la Tierra, por lo que los científicos pudieron observar con el telescopio ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array) la galaxia con mucho más detalle de lo que hubiera sido posible.
El viento, que los investigadores detectaron a través de picos en presencia de una molécula llamada hidroxilo (OH), salió de la galaxia a 800 kilómetros por segundo.
Pero SPT2319-55 ya es una galaxia explosiva, y no está claro si ese viento será suficiente para salvarla de su propio apetito y permitir que crezca hasta la vejez.
"Nuestros resultados muestran que [el viento] actúa para interrumpir y eliminar el gas molecular en SPT2319-55", escribieron los investigadores en el estudio, "y probablemente suprima la formación rápida de estrellas en esta galaxia en 100 [millones de años]". Si esto es suficiente para apagar la formación estelar de forma más permanente está menos claro".
SPT2319-55 podría tener tanta materia oscura a su alrededor que el viento no puede salvar la galaxia, escribieron los investigadores. Cuando todo el viento expulsado intenta volver a caer en la galaxia para formar nuevas estrellas, la materia oscura podría derribarlo, evitando que se acumule, escribieron los autores. En ese caso, SPT2319-55 probablemente muera joven, víctima de su propia conducta y masa, condenada a pesar de sus vientos protectores.