MADRID, 11 Feb. (EUROPA PRESS) -
Evidencia de una rápida explosión de radio --las enigmáticas FRB-- con un ciclo constante de 16 días ha sido recogida por un equipo de científicos espaciales que trabajan en Canadá.
Las ráfagas de radio rápidas (FRB) son, como su nombre lo indica, ráfagas cortas de emisiones de radio que son detectadas por los dispositivos que escuchan señales del espacio exterior.
Aparecen al azar durante un período de tiempo muy corto, lo que los hace difíciles de encontrar y muy difíciles de estudiar. Uno se observó por primera vez en 2007; desde entonces, se han observado varios otros, pero solo 10 de ellos se han repetido. En este nuevo esfuerzo, los investigadores han observado el primer ejemplo de un FRB repetitivo, que se repite en un ciclo constante.
A pesar de un gran esfuerzo, los científicos no conocen la fuente de los FRB y han estado desarrollando teorías, algunos sugieren que podrían no ser más que el ruido creado cuando dos estrellas chocan. Algunos han sugerido que son mensajes de lejanas civilizaciones avanzadas.
En este nuevo esfuerzo, publicado en arXiv, los investigadores estaban estudiando datos del radiotelescopio utilizado por el Canadian Hydrogen Intensity Mapping Experiment. Cuando vieron el FRB, rastrearon 400 observaciones realizadas con el telescopio y determinaron que el FRB se repetía en un patrón constante de 16 días. Se observó que las señales de FRB llegaban aproximadamente una vez por hora durante cuatro días y luego cesan repentinamente, solo para comenzar de nuevo 16 días después.
El patrón repetitivo sugiere que la fuente podría ser un cuerpo celeste de algún tipo que orbita alrededor de una estrella u otro cuerpo. En tal escenario, las señales cesarían cuando sean obstruidas por el otro cuerpo. Pero eso todavía no explica cómo un cuerpo celeste podría enviar tales señales de manera regular. Otra posibilidad es que los vientos estelares podrían aumentar o bloquear alternativamente las señales de un cuerpo detrás de ellos. O podría ser que la fuente es un cuerpo celeste que está girando.
Los investigadores rastrearon la fuente del FRB hasta una galaxia espiral a unos 500 millones de años luz de distancia. Sugieren que la tecnología futura podría determinar cuál de los objetos en la galaxia está enviando los FRB y tal vez revelar cómo lo está haciendo.