El telescopio ALMA muestra cómo el gas alrededor de la estrella moribunda en W Aquilae ha sido moldeado por interacciones con una estrella compañera similar al Sol. Ambas estrellas están ubicadas en la brillante región central de esta imagen. - ALMA
MADRID, 4 Ene. (EUROPA PRESS) -
Observaciones con el telescopio ALMA han desentrañado los misterios cósmicos que rodean a una estrella moribunda, revelando una intrincada danza celestial moldeada por una química inusual.
El estudio, publicado en Nature Astronomy, arroja luz sobre la órbita de una estrella gigante roja fría, que se deshace de sus capas exteriores en un dramático viento estelar durante el ocaso de su existencia.
En una fascinante exploración de las etapas finales de la vida de una estrella, los investigadores tropezaron con emisiones moleculares inesperadas en un lado de la estrella, una anomalía cósmica que apunta a la participación de una estrella compañera más caliente.
La autora principal, la Dra. Taïssa Danilovich, becaria DECRA del Consejo Australiano de Investigación (ARC) de la Facultad de Física y Astronomía de la Universidad de Monash, dijo en un comunicado: "Una vez que notamos la peculiar emisión de nitruro de silicio en un lado, supimos que algo extraordinario se estaba desarrollando".
Este espectáculo cósmico se desarrolla en el sistema W Aquilae, donde la estrella moribunda no actúa sola, sino que comparte su escenario cósmico con una estrella similar al Sol de mayor vida. Hasta ahora, las complejidades de su órbita permanecían veladas por el misterio cósmico, y sólo se especulaba que podría durar siglos.
Sin embargo, las recientes revelaciones del estudio proporcionan una respuesta sorprendente: una órbita muy elíptica que tarda aproximadamente un milenio en completar un ciclo fascinante.
El equipo de investigación empleó simulaciones hidrodinámicas para decodificar el impacto de la compañera similar al Sol sobre el viento estelar de la estrella moribunda.
Visualizados como anillos concéntricos cuando se ven desde un lado, estos patrones no eran sólo teóricos; fueron confirmados vívidamente por los datos de ALMA. Complementado con observaciones del instrumento SPHERE en el Very Large Telescope del Observatorio Europeo Austral y conocimientos históricos del Telescopio Espacial Hubble, el equipo descubrió los secretos de los movimientos estelares.
Las implicaciones se extienden más allá de la etapa cósmica de W Aquilae. El estudio es pionero en una técnica que utiliza ALMA para detectar firmas químicas dejadas por encuentros estelares pasados, una herramienta que promete revelar las compañeras ocultas de otras enigmáticas estrellas moribundas envueltas en polvo cósmico.
En una galaxia donde casi la mitad de las estrellas como nuestro Sol existen en pares o triples, esta investigación marca un hito crucial en la comprensión de cómo las compañeras estelares dan forma a los destinos de sus vecinas celestes.