MADRID, 11 Ene. (EUROPA PRESS) -
Científicos han utilizado los sutiles movimientos de una estrella lejana para descubrir un brillante nuevo exoplaneta, que muestra signos de fusión nuclear en su núcleo.
Un equipo internacional de científicos, dirigido por el profesor Sasha Hinkley, de la Universidad de Exeter, ha detectado un nuevo exoplaneta en órbita alrededor de la estrella HD206893, que se encuentra a unos 750 billones de kilómetros de la Tierra y es un 30% más grande que nuestro Sol.
Los investigadores confirmaron la existencia del lejano planeta utilizando el instrumento GRAVITY del Very Large Telescope (VLT), que funciona mediante interferometría óptica para sincronizar los cuatro telescopios principales del VLT con el fin de que funcionen como un único telescopio mucho mayor.
Esta técnica permite a GRAVITY medir con extrema precisión la posición del planeta en su órbita, así como medir el espectro de la luz emitida por la atmósfera del planeta, lo que permite a los astrofísicos caracterizar su atmósfera.
El equipo de investigadores ha utilizado esta técnica para llegar a la conclusión de que el planeta recién descubierto muestra claramente un "brillo" evidente, debido a que experimenta una fusión nuclear al quemar deuterio o "hidrógeno pesado" en su núcleo.
El descubrimiento supone un gran avance en la búsqueda de nuevos mundos lejanos, ya que se trata de una de las primeras detecciones de un planeta cuya presencia se infiere parcialmente debido al movimiento astrométrico de la estrella anfitriona a medida que se desplaza por el cielo.
El equipo cree que, dado que se espera que la misión Gaia de la ESA señale el camino a numerosos exoplanetas de este tipo, muchos podrán caracterizarse mediante imágenes directas, como en el caso de este nuevo descubrimiento.
El profesor Hinkley declaró en un comunicado: "El descubrimiento de HD206893c es un momento realmente importante para el estudio de los exoplanetas, ya que el nuestro puede ser la primera detección directa de un 'exoplaneta Gaia'".
Los científicos descubrieron originalmente una enana marrón, conocida como HD206893B, orbitando la estrella anfitriona en 2017. Sin embargo, el monitoreo a largo plazo realizado por el instrumento HARPS de ESO, así como las mediciones precisas del movimiento propio de la estrella anfitriona realizadas por la misión Gaia, también insinuaron la presencia de un compañero interno, de menor masa.
Utilizando el instrumento GRAVITY, los científicos pudieron demostrar que este compañero era un nuevo planeta, llamado HD206893c, que orbitaba a unos 480 millones de kilómetros de su estrella anfitriona -aproximadamente a medio camino entre las órbitas de Marte y Júpiter en nuestro propio sistema solar- y con una masa superior a la de Júpiter.
Este descubrimiento demuestra que los instrumentos modernos son capaces de detectar directamente exoplanetas a escalas orbitales similares a las de nuestro sistema solar.
Además, dado que el planeta se encuentra en el límite de la combustión de deuterio, comúnmente aceptado en torno a las 13 masas de Júpiter, podría ayudar a los científicos a aclarar cómo discriminar entre objetos que pueden ser una enana marrón o un planeta extrasolar.
El profesor Hinkley añadió en un comunicado: "Este descubrimiento también es muy significativo porque muestra que ahora podemos caracterizar directamente las atmósferas de estos exoplanetas donde sabemos por estudios anteriores que residen más comúnmente, a aproximadamente dos a cuatro veces nuestra distancia Tierra/Sol."
La investigación fue aceptada para su publicación por la revista Astronomy & Astrophysics.