MADRID, 5 Oct. (EUROPA PRESS) -
Hasta cinco líneas diferentes de evidencia observacional que apuntan a la existencia del Planeta Nueve, hacen que nuestro sistema solar sea ya más difícil de imaginar sin este pasajero desconocido.
Es la opinión de Konstantin Batygin, un astrofísico planetario de Caltech en Pasadena, California, cuyo equipo podría estar acercándose a la constatación de que el Planeta Nueve existe en realidad.
"Si quitas esta explicación e imagínas que el Planeta Nueve no existe, entonces generas más problemas de los que resuelves. De repente, tienes cinco rompecabezas diferentes, y debes encontrar cinco teorías diferentes para explicarlas.
Batygin y su co-autor, el astrónomo de Caltech, Mike Brown, describieron los primeros indicios del Planeta Nueve en un artículo de enero de 2016, publicado en el Astronomical Journal. Seis objetos conocidos en el lejano Cinturón de Kuiper, una región de cuerpos helados que se extienden desde Neptuno hacia el espacio interestelar, tienen órbitas elípticas que apuntan en la misma dirección. Eso no sería suficiente. Pero estas órbitas también se inclinan de la misma manera, unos 30 grados "hacia abajo" en comparación con el plano en el que los planetas orbitan el sol.
Además, las simulaciones por computadora del sistema solar con Planeta Nueve incluyeron que debería haber más objetos inclinados con respecto al plano solar. De hecho, la inclinación estaría en el orden de 90 grados, como si el plano del sistema solar y estos objetos formaran una "X" cuando se viera bordeado. Brown se dio cuenta de que cinco de esos objetos ya conocidos por los astrónomos cumplen el requisito.
Dos pistas más surgieron después del artículo original. Un segundo artículo del equipo, dirigido esta vez por la estudiante graduada de Batygin, Elizabeth Bailey, demostró que el Planeta Nueve podría haber inclinado los planetas de nuestro sistema solar durante los últimos 4.500 millones de años. Esto podría explicar un viejo misterio: ¿Por qué el plano en el que orbitan los planetas se inclina alrededor de 6 grados en comparación con el ecuador del sol?
El último signo revelador de la presencia del Planeta Nueve involucra a los 'contrariantes' del sistema solar: objetos del Cinturón de Kuiper que orbitan en la dirección opuesta a todo lo demás en el sistema solar. La influencia orbital de Planeta Nueve explicaría por qué estos cuerpos del lejano Cinturón de Kuiper terminan "contaminando" el Cinturón interior de Kuiper.
"Ningún otro modelo puede explicar la rareza de estas órbitas de alta inclinación", dijo Batygin en un comunicado. "Resultó que el Planeta Nueve provee una forma natural para su generación. Estas cosas han sido retorcidas fuera del plano del sistema solar con la ayuda del Planeta Nueve y luego esparcidas hacia dentro por Neptuno".
El paso restante es encontrar el Planeta Nueve en sí. Batygin y Brown están usando el Telescopio Subaru en el Observatorio Mauna Kea en Hawai para tratar de hacer precisamente eso. El instrumento es la "mejor herramienta" para escoger objetos oscuros y extremadamente distantes perdidos en grandes franjas de cielo, dijo Batygin.
¿Pero de dónde vino el Planeta Nueve? Batygin dice que pasa poco tiempo discurriendo sobre su origen: si es un fugitivo de nuestro propio sistema solar o, tal vez, un planeta vagabundo errante capturado por la gravedad del sol.
"Creo que la detección del Planeta Nueve nos dirá algo sobre su origen", dijo.