MADRID, 4 Mar. (EUROPA PRESS) -
Científicos han proporcionado una evidencia directa de la velocidad a la que los árboles individuales en la cuenca amazónica 'inhalan' carbono de la atmósfera durante una sequía severa.
Midieron las tasas de crecimiento y la fotosíntesis de los árboles en 13 parcelas de selva tropical en Brasil, Perú y Bolivia, comparando las parcelas que se vieron afectadas por la fuerte sequía de 2010 con las que no resultaron afectadas.
Estos expertos encontraron que mientras que las tasas de crecimiento de los árboles en las parcelas afectadas por la sequía se mantuvieron sin cambios, la tasa de fotosíntesis --por la cual los árboles convierten el carbono en energía para alimentar su actividad-- se desaceleró en un 10 por ciento durante más de seis meses. Su artículo, publicado en la revista Nature, concluye que los árboles pueden estar canalizando sus reservas de energía más limitadas en el crecimiento en lugar de en el mantenimiento de su propia salud.
Las simulaciones por ordenador de la biosfera han predicho este tipo de respuestas a la sequía, pero, según los autores, éstas son las primeras observaciones directas de este efecto a través de los bosques tropicales. Este estudio internacional de tres años consiste en un examen detallado a gran escala del ciclo completo del carbono, analizando tanto el crecimiento como el metabolismo de las parcelas forestales en diferentes sitios de la cuenca del Amazonas.
Cada una de las parcelas tiene una extensión de una hectárea y contiene alrededor de entre 400 y 500 árboles y las parcelas de la selva tropical elegidas eran representativas de las diversas condiciones climáticas y del suelo de la cuenca amazónica. Este trabajo es el producto de un nuevo esfuerzo, coordinado por la Universidad de Oxford, en Reino Unido, para seguir de cerca el funcionamiento de los bosques tropicales de todo el mundo: la Red Mundial de Vigilancia de Ecosistemas (GEM, por sus siglas en inglés).
Los hallazgos son el resultado de un esfuerzo de campo durante más de tres años, en los que estudiantes y técnicos locales pasaron varias semanas cada mes en cada sitio para medir la tasa de crecimiento leñoso de cada árbol y el número de pequeñas raíces que había crecido. Los investigadores pesaron la caída mensual de hojas con redes para establecer el número de hojas que cada árbol estaba produciendo. También utilizaron analizadores de gas infrarrojos para realizar un seguimiento de la liberación de dióxido de carbono del que viven madera, raíces y hojas para estimar la actividad metabólica de la selva.
Por casualidad, se produjo una sequía del Amazonas en 2010 justo en el medio de esta ventana de observación, pero sólo afectó a algunas partes de la Amazonia. Los científicos encontraron que, aunque la tasa de fotosíntesis fue constante entre los árboles en las parcelas no afectadas por la sequía, las tasas de las seis parcelas alteradas por la sequía se redujo significativamente en relación a antes de la sequía de 2010, además de que mientras las tasas de crecimiento de las parcelas afectadas por la sequía se mantuvieron sin cambios, los niveles de equilibrio de los tejidos y la salud general de los árboles se redujeron.
El informe del estudio razona que las tasas de crecimiento de los árboles afectados por la sequía no cambiaron, a pesar de sus suministros energéticos limitados, porque de lo contrario estarían en desventaja en la competición por la luz, el agua o los nutrientes. Pero, los autores del documento añaden que esta negligencia de mantenimiento tuvo un costo y es probable que haya dado lugar al aumento (hasta una triplicación en algunos sitios) en el número de árboles que mueren en los años posteriores a la sequía.
"Se piensa popularmente en las selvas tropicales como los 'pulmones' del planeta. Aquí, se muestra por primera vez que durante la sequía severa, la velocidad a la que 'inhalan' carbono a través de la fotosíntesis puede disminuir. Esta disminución de la captación de carbono no rebaja las tasas de crecimiento, pero significa un aumento en las muertes de los árboles. Como los árboles mueren y se descomponen, las concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera se elevarán, lo que podría acelerar el cambio climático durante las sequías tropicales", argumenta el autor principal, Christopher Doughty, del Instituto de Cambio Ambiental en la Escuela de Geografía y Medio Ambiente de la Universidad de Oxford.
Estos resultados apoyan las conclusiones de un trabajo anterior también en 'Nature', publicado el año pasado, con base a datos de aeronaves. En conjunto, los datos de la investigación proporcionan una imagen de la escala de la hoja a escala mundial, lo que sugiere que las sequías en la cuenca del Amazonas están afectando a los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera a nivel mundial, tanto en el corto plazo, por la disminución de la fotosíntesis, como a a largo plazo, mediante el aumento de la mortalidad de árboles.