Planta de carbón - PIXABAY
MADRID, 22 Oct. (EUROPA PRESS) -
Limitar el cambio climático al objetivo de 1,5°C del Acuerdo de París requerirá que el uso de la energía del carbón y del gas disminuya a un ritmo sin precedentes para cualquier país grande.
Es lo que muestra un análisis de los episodios decenales de disminución de los combustibles fósiles en 105 países entre 1960 y 2018. Además, las conclusiones, publicadas en la revista 'One Earth', sugieren que los casos históricos más rápidos de declive de los combustibles fósiles se produjeron cuando el petróleo fue sustituido por el carbón, el gas o la energía nuclear en respuesta a las amenazas a la seguridad energética de los años 70 y 80.
La descarbonización del sector energético es una estrategia especialmente importante para alcanzar el objetivo de cero emisiones netas de gases de efecto invernadero en 2050, necesario para evitar que la temperatura media mundial supere los 1,5 °C este siglo. Sin embargo, pocos estudios han investigado el precedente histórico de una transición tan repentina y radical, especialmente el declive de las tecnologías intensivas en carbono que debe acompañar a la adopción generalizada de otras más ecológicas.
"Este es el primer estudio que analiza sistemáticamente los casos históricos de disminución del uso de combustibles fósiles en países individuales durante los últimos 60 años y en todo el mundo --dice en un comunicado Jessica Jewell, profesora asociada de transiciones energéticas en la Universidad de Chalmers (Suecia), profesora de la Universidad de Bergen (Noruega) y autora correspondiente del estudio--. Los estudios anteriores a veces analizaban el mundo en su conjunto pero no encontraban estos casos, porque a nivel global el uso de combustibles fósiles siempre ha crecido con el tiempo".
"También estudiamos las recientes promesas políticas de eliminar por completo la energía del carbón, que unos 30 países hicieron como parte de la Powering Past Coal Alliance. Descubrimos que estas promesas no tienen como objetivo un descenso del carbón más rápido que el que se ha producido históricamente --añade--. En otras palabras, prevén en gran medida que todo siga igual".
Para explorar si algún período de declive histórico de los combustibles fósiles es similar a los escenarios necesarios para alcanzar el objetivo de París, Jewell y sus colegas, Vadim Vinichenko, investigador postdoctoral en Chalmers y Aleh Cherp, profesor de la Universidad de Europa Central en Austria y la Universidad de Lund en Suecia, identificaron 147 episodios dentro de una muestra de 105 países entre 1960 y 2018 en los que el uso de carbón, petróleo o gas natural disminuyó más rápido que el 5% durante una década. La disminución rápida del uso de combustibles fósiles se ha limitado históricamente a los países pequeños, como Dinamarca, pero estos casos son menos relevantes para los escenarios climáticos, donde la disminución debería tener lugar en regiones de tamaño continental.
Jewell y sus colegas centraron la investigación en casos con tasas rápidas de descenso de los combustibles fósiles en países más grandes, que indican cambios tecnológicos o esfuerzos políticos significativos, y controlaron el tamaño del sector energético, el crecimiento de la demanda de electricidad y el tipo de energía con la que se sustituyó el combustible fósil en declive. Compararon estos casos de declive histórico de los combustibles fósiles con los escenarios de mitigación del clima utilizando una herramienta llamada "espacio de viabilidad", que identifica las combinaciones de condiciones que hacen que una acción climática sea viable en contextos particulares.
"Nos sorprendió comprobar que el uso de algunos combustibles fósiles, especialmente el petróleo, disminuyó con bastante rapidez en las décadas de 1970 y 1980 en Europa Occidental y otros países industrializados como Japón --afirma Jewell--. No es el periodo de tiempo que se suele asociar a las transiciones energéticas, pero llegamos a creer que se pueden extraer algunas lecciones importantes de ahí".
El rápido declive de los fósiles ha requerido históricamente avances en las tecnologías competidoras, una fuerte motivación para cambiar los sistemas energéticos (por ejemplo, para evitar las amenazas a la seguridad energética) e instituciones gubernamentales eficaces para aplicar los cambios necesarios.
"Nos ha sorprendido menos, aunque sigue impresionándonos, la rapidez con la que debe disminuir el uso del carbón en el futuro para alcanzar los objetivos climáticos", admite y señala que, de todos los combustibles fósiles, el carbón es el que tendría que disminuir más rápidamente para alcanzar los objetivos climáticos, sobre todo en Asia y en las regiones de la OCDE, donde se concentra el uso del carbón.
Aproximadamente la mitad de los escenarios del IPCC compatibles con 1,5 ºC prevén un descenso del carbón en Asia más rápido que en cualquiera de estos casos. Los escenarios restantes, así como muchos escenarios de declive del carbón y el gas en otras regiones, sólo tienen precedentes en los que el petróleo fue sustituido por el carbón, el gas o la energía nuclear en respuesta a las amenazas de seguridad energética en los mercados eléctricos más pequeños. Alcanzar el objetivo de 1,5°C requiere encontrar mecanismos de declive de los combustibles fósiles que vayan más allá de la experiencia histórica o de los compromisos actuales.
Los autores descubrieron que casi todos los escenarios para el declive del carbón en Asia, en línea con los objetivos del Acuerdo de París, no tendrían precedentes históricos o serían raros. Más de la mitad de los escenarios previstos para el declive del carbón en los países de la OCDE y más de la mitad de los escenarios para la reducción del uso del gas en las economías en proceso de reforma, Oriente Medio o África tampoco tendrían precedentes o serían raros.
"Esto señala tanto el enorme desafío que supone ver un declive tan rápido de los combustibles fósiles como la necesidad de aprender de las lecciones históricas cuando se lograron rápidos declives a escala nacional", afirma Jewell.