MADRID, 16 Sep. (EUROPA PRESS) -
Algunos reptiles tropicales pueden ser capaces de adaptarse rápidamente al cambio climático en lugar de extinguirse como se esperaba.
Un estudio dirigido por la Universidad Dartmouth (EEUU) publicada en 'Proceedings' ha realizado la primera medición directa de la selección natural por el clima en la fisiología térmica de una especie de fauna, es decir, la supervivencia del más fuerte en un mundo cada vez más caliente.
"En los últimos años, un número creciente de estudios se ha agregado a un creciente consenso científico de que las plantas y los animales tropicales son particularmente vulnerables al calentamiento --explica el autor principal, Michael Logan, científico postdoctoral en Fundación Nacional para la Ciencia de Estados Unidos--.
Sin embargo, a menudo se desprecia el potencial de los organismos para evolucionar en respuesta a un entorno que cambia rápidamente, a pesar de que muy pocos estudios experimentales han examinado la medida en la que las especies podrían ser capaces de adaptarse".
Las especies de sangre fría, cuya temperatura corporal fluctúa con la temperatura exterior, se desarrollan en un clima relativamente estable en los trópicos, por lo que incluso pequeños aumentos de la temperatura ambiental pueden causar estrés térmico y llevarlos hacia la extinción.
Estudios previos sugieren que estas especies pueden disminuir los efectos nocivos del calentamiento a través de la adaptación evolutiva, pero no está claro si pueden evolucionar lo suficientemente rápido para seguir el mismo ritmo que el calentamiento global.
Para hacer frente a esta pregunta, los científicos midieron la selección natural en tiempo real en dos poblaciones silvestres de lagartijas marrones en las islas de las Bahamas. Para ello, dejaron a una población en su hábitat y trasladaron a otra a un bosque interior relativamente fresco de una península más cálida cercana, con un mayor rango de temperaturas que imitan el rápido inicio del cambio climático.
Estos pequeños lagartos debían actuar con rapidez para atrapar a sus presas y eludir depredadores, por lo que antes de trasladar la población, los investigadores midieron en el laboratorio como la habilidad de cada lagarto para correr estaba relacionada con su temperatura corporal. Predijeron que las lagartijas que corrían más rápido a temperaturas más cálidas y a través de una gama más amplia de temperaturas serían más propensas a sobrevivir a las condiciones ambientales más duras de la península.
Sus predicciones fueron ciertas: los lagartos trasladados que corrían más rápido a temperaturas más cálidas y más en una franja más amplia tuvieron una tasa de supervivencia superior durante la temporada de cría. Los investigadores supusieron que aunque los lagartos que habían sido llevados al bosque resultaron afectados por el calor, los más rápidos pudieron haber aumentado sus posibilidades de supervivencia al permanecer activos durante más tiempo durante el día, teniendo más tiempo para la ingesta de alimentos y vencer a sus rivales, y por ser mejor en esquivar a los depredadores.
"Aunque ha habido un tremendo énfasis en el impacto del cambio climático en las poblaciones naturales, nuestro estudio es el primero en adoptar un enfoque experimental para entender cómo la evolución puede compensar algunos de los efectos del calentamiento", plantea el profesor asociado en Dartmouth Ryan Calsbeek, autor principal del estudio. "Nuestros datos sugieren que, en algunos casos, la selección natural va a ser muy fuerte y podría llevar a una rápida evolución en respuesta a los cambios del entorno", añade.
El siguiente paso de los investigadores es determinar si los lagartos más rápidos y más tolerantes al calor transmiten sus características a sus descendientes. "Hemos encontrado que no sólo el cambio climático inducido por el hombre puede ejerce la selección natural en las poblaciones de animales salvajes, sino, además, que esta selección puede ser muy fuerte --afirma Logan--. Esto significa que, si los rasgos de la selección pueden transmitirse de padres a hijos, el rápido cambio evolutivo puede ser un medio de importancia crítica por el que algunos animales pueden resistir los efectos nocivos del calentamiento global".
"Incluso, si la cantidad de calentamiento esperado hasta el final del siglo se produce durante una sola temporada de reproducción, hipotéticamente esta especie podría compensar hasta un 30 por ciento del cambio del medio ambiente gracias únicamente a la adaptación evolutiva --según el estudio--. Hay una escasez de datos sobre la arquitectura genética que subyace a las curvas de rendimiento térmico para la mayoría de las especies y estos datos serán fundamentales para predecir las respuestas evolutivas de los ectotermos al cambio climático".
En esta línea, un estudio de 2013, Logan y Calsbeek midieron el impacto de los microclimas, en lugar de las temperaturas ambientales a nivel mundial, en cuatro especies de lagartos en Honduras. Sus resultados sugieren que el cambio climático puede tener poco impacto en muchas especies de lagartos tropicales, lo que contradice una serie de otros trabajos que predicen su extinción generalizada en un planeta que se calienta rápidamente.