MADRID 15 Ene. (EUROPA PRESS) -
La generación de desechos electrónicos está creciendo rápidamente en Asia Oriental, un 63% entre 2010 y 2015, tanto en el volumen total como en las medidas per cápita.
Impulsado por el aumento de los ingresos y la alta demanda de nuevos aparatos y electrodomésticos, el aumento promedio de los desechos electrónicos en los 12 países y áreas analizadas --Camboya, China, Hong Kong, Indonesia, Japón, Malasia, Filipinas, Singapur, Corea del Sur, Taiwán, Tailandia y Vietnam-- fue del 63 por ciento en los cinco años y ascendió a 12,3 millones de toneladas, un peso 2,4 veces mayor que el de la Gran Pirámide de Guiza, en Egipto.
Solo China más que duplicó su generación de residuos electrónicos entre 2010 y 2015 a 6,7 millones de toneladas, un 107 por ciento más, según las conclusiones del 'Monitores Regional de Residuos Electrónicos: Asia Oriental y Sudoriental' recopilado por el laboratorio de ideas de la ONU, la Universidad de las Naciones Unidas, a través de su Programa de Ciclos Sostenibles (SCYCLE, por sus siglas en inglés) y financiado por el Ministerio japonés de Medio Ambiente.
Utilizando la metodología de estimación de la Universidad de las Naciones Unidas, la investigación muestra que el incremento de las cantidades de residuos electrónicos supera el crecimiento de la población. En 2015, la generación media de residuos electrónicos per cápita en la región fue de aproximadamente 10 kilogramos, con la mayor generación en Hong Kong (21,7 kilogramos), seguida de Singapur (19,95 kilogramos) y Taiwán, provincia de China (19,13 kilogramos).
Se detectaron grandes diferencias entre las naciones a escalas per cápita, con Camboya (1,10 kilogramos), Vietnam (1,34 kilogramos) y Filipinas (1,35 kilogramos), como los menores generadores de desechos electrónicos per cápita en 2015. El informe presenta de manera única un resumen de los estados regionales de residuos electrónicos.
"Para muchos países que ya carecen de infraestructura para el manejo ambientalmente racional de los desechos electrónicos, los volúmenes crecientes son motivo de preocupación", dice el coautor de la Universidad de las Naciones Unidas Ruediger Kuehr. "Aumentar la carga sobre los sistemas existentes de recolección y tratamiento de residuos empuja hacia el reciclaje y la eliminación ambientalmente inadecuados", añade.
CINCO TENDENCIAS CULPABLES DEL AUMENTO DE RESIDUOS ELECTRÓNICOS
El documento cita cuatro tendencias principales responsables del aumento de los volúmenes: más dispositivos, más consumidores, disminución del tiempo de uso e importaciones. Los investigadores explican en su trabajo que la innovación en tecnología está impulsando la introducción de nuevos productos, particularmente en la categoría de electrónica portátil, como tabletas y prendas de vestir como relojes inteligentes; además de que en la región oriental y del sudeste asiático, hay países en vías de industrialización con poblaciones en crecimiento, pero también clases medias en rápido aumento que pueden permitirse más 'gadgets.
El tiempo de uso de los dispositivos ha disminuido, en parte por los rápidos avances que hace que los productos antiguos queden obsoletos debido a incompatibilidades de hardware (por ejemplo, memorias USB que reemplazan a los disquetes) y requisitos de software (por ejemplo, requisitos mínimos para los PC para el software operativo y otras aplicaciones), pero también a factores como productos de moda. A medida que se reemplazan más dispositivos más rápidamente, los residuos electrónicos crecen.
La importación proporciona una mayor disponibilidad de productos, tanto nuevos como de segunda mano, lo que también eleva el desperdicio electrónico al llegar al final de su vida útil. El informe advierte sobre el uso indebido e informal de basura electrónica que prevalece en la mayoría de los países del estudio, independientemente de la legislación nacional sobre residuos electrónicos.
Los consumidores y recicladores son a menudo culpables de los vertidos informales, en particular de "vertidos abiertos", en los que se liberan en el medio ambiente las partes no funcionales y los residuos fruto de las operaciones de desmantelamiento y tratamiento. Los estudios en la región muestran que las principales razones son una falta de sensibilización, de incentivos, por cuestiones de comodidad, ausencia de sitios adecuados y una gobernabilidad débil y aplicación laxa de la normativa.
El informe también señala prácticas comunes como la quema a cielo abierto, que puede causar efectos agudos y crónicos sobre la salud pública y el medio ambiente. Principalmente, los recicladores informales son los que practican la quema abierta cuando separan los compuestos orgánicos e inorgánicos (por ejemplo, quemando cables para recuperar el cobre).
Aunque es menos común, la combustión espontánea ocurre a veces en sitios de vertido abiertos cuando los componentes, como las baterías, activan fuegos debido a cortocircuitos. El reciclaje informal, también llamado "reciclaje de patio trasero", es un reto para la mayoría de los países en desarrollo de la región, con un gran y creciente negocio de llevar a cabo prácticas de reciclaje sin licencia y muchas veces informales desde el patio trasero.
Estos procesos no sólo son peligrosos para los recicladores, sus comunidades y el medio ambiente, sino que también son ineficientes, ya que son incapaces de extraer el valor total de los productos procesados. En su mayoría, estos recicladores recuperan oro, plata, paladio y cobre, en su mayor parte a partir de placas de circuitos impresos (PCB, por sus siglas en inglés) y alambres utilizando peligrosos procesos de lixiviación química húmeda comúnmente también conocidos como baños de ácido.
Normalmente, los recicladores informales usan disolventes, tales como ácido sulfúrico (para el cobre) o agua regia (para el oro). Las soluciones de lixiviado pasan por procesos de separación y purificación para concentrar los metales valiosos y separar las impurezas, lo que a menudo resulta en la liberación de vapores tóxicos.
"La quema de aire y el reciclaje con baños ácidos en el sector informal tienen graves impactos negativos en la salud ocupacional de los procesadores --advierte Shunichi Honda, coautor de este estudio--. En ausencia de materiales protectores como guantes, gafas, máscaras, etcétera, la inhalación y la exposición a sustancias químicas y sustancias peligrosas afectan directamente a la salud de los trabajadores".
"Se han detectado asociaciones entre la exposición al tratamiento inadecuado de los desechos electrónicos y la alteración de la función tiroidea, la reducción de la función pulmonar, resultados negativos en el parto, disminución del crecimiento infantil, resultados negativos de salud mental, deterioro del desarrollo cognitivo, citotoxicidad y genotoxicidad", añade.
"La exposición indirecta a estas sustancias peligrosas es también una causa de muchos problemas de salud, en particular para las familias de recicladores informales que a menudo viven y trabajan en el mismo lugar, así como también para los que trabajan en el mismo lugar y para las comunidades que viven en y alrededor del área de sitios informales de reciclaje", agrega el coautor Deepali Sinha Khetriwal, miembro de la Universidad de Naciones Unidas.
Según el informe, Japón, Corea del Sur y Taiwán tienen una ventaja a la hora de establecer sistemas de recolección y reciclaje de residuos electrónicos, habiendo comenzado a fines de los años noventa a adoptar y hacer cumplir legislaciones específicas sobre residuos electrónicos, una política que se diseñó en gran parte gracias a la experiencia en la gestión de residuos sólidos. Entre las economías y zonas más avanzadas de Asia, las tres se caracterizan por una alta generación per cápita de desechos electrónicos, recolección formal e infraestructura de reciclado y una aplicación relativamente sólida.