MADRID, 20 Nov. (EUROPA PRESS) - A medida que se derrite la capa de hielo de la Antártida, el calentamiento de la atmósfera se retrasará aproximadamente una década, pero el aumento del nivel del mar se acelerará. Un nueva investigación que se publica en la edición digital avanzada de la revista 'Nature', es la primera en proyectar cómo el derretimiento de la capa de hielo antártico afectará el clima futuro, según el primer autor, Ben Bronselaer, de la Universidad de Arizona (UA), Estados Unidos, quien agrega que los modelos climáticos actuales no incluyen los efectos del derretimiento del hielo en el clima global. Toda la Tierra continuará calentándose, pero la atmósfera se calentará más lentamente porque la mayor parte del calor quedará atrapado en el océano, afirma. "El calentamiento no será tan malo como creíamos, pero el aumento del nivel del mar será peor", afirma en un comunicado Bronselaer, investigador postdoctoral en el Departamento de Geociencias de la UA. Las observaciones muestran que la capa de hielo de la Antártida se ha estado derritiendo más rápido en los últimos años. El equipo liderado por la UA descubrió que para el año 2100, el nivel del mar podría aumentar hasta 25 centímetros más que la estimación anterior de aproximadamente 76 centímetros para 2100. "Nadie había visto el panorama general de lo que significa el derretimiento de la capa de hielo antártico para el clima global", señala. Para determinar si el derretimiento de la capa de hielo de la Antártida afectaría el clima global, el equipo de investigación modificó uno de los modelos de ordenador climáticos más actuales para incluir el derretimiento del hielo. Añadir el hielo derretido en el modelo del equipo indicó que la temperatura global aumentaría en 2 grados C (3,6 F) para el año 2065, en lugar del año 2053, escribe el equipo. Además de desacelerar el calentamiento y elevar el nivel del mar, el deshielo de la capa de hielo antártico cambiará los regímenes de precipitación debido a que el cinturón de lluvia tropical se desplazará hacia el norte, según el autor principal Joellen Russell, presidente de Ciencia Integrativa Thomas R. Brown y profesor asociado de Geociencias en la UA. "Nuestras proyecciones indican que el cinturón de lluvia tropical se desplazará hacia el Hemisferio Norte, haciéndolo ligeramente más húmedo en el Hemisferio Norte y un poco más seco en el Hemisferio Sur de lo que se predijo anteriormente", afirma Russell. El documento de investigación, "Cambio en el clima futuro debido al derretimiento de aguas antárticas", contiene al final una lista completa de los coautores y sus afiliaciones. La investigación es parte del Proyecto de Modelización y Observaciones Climáticas y de Carbono en el Océano Austral (SOCCOM, por sus siglas en inglés) financiado por la Fundación Nacional de Ciencias. La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica y la agencia espacial estadounidense (NASA, por sus siglas en inglés) también financiaron la investigación. Russell lidera la parte de SOCCOM encargada de mejorar la forma en que el Océano Austral está representado en los modelos informáticos del clima global. El Océano Austral es el océano que rodea la Antártida. Los investigadores pensaron previamente que el derretimiento de la capa de hielo de la Antártida solo afectaría al nivel del mar, no a todo el sistema climático. Para probar esa idea, Bronselaer ejecutó un modelo climático con y sin la fusión de la capa de hielo incluida. El equipo incluyó a investigadores del Laboratorio de Dinámica de Fluidos Geofísicos de NOAA en Princeton, Nueva Jersey, y de la Universidad de Princeton. Los científicos utilizaron el modelo climático de NOAA GFDL llamado ESM2M y probaron la simulación en el periodo de 1950 a 2100. Además, establecieron el nivel de emisiones de gases de efecto invernadero para el siglo XXI utilizando el escenario conocido como RCP8.5, a veces llamado el escenario "como de costumbre". Russell y Bronselaer estaban sorprendidos por sus hallazgos, ya que no esperaban que el agua de deshielo de la Antártida afectara el sistema climático global. "La circulación del océano mueve el calor desde el ecuador hasta los polos. Luego, el calor se libera a la atmósfera", explica Russell. Sin embargo, la nueva investigación del equipo revela que el agua dulce adicional de la capa de hielo que se derrite actúa como una tapa en las aguas alrededor de la Antártida y frena la liberación de calor. "Es la primera nueva respuesta identificada sobre el clima en 20 años --afirma--. El derretimiento retrasa el calentamiento: todavía se está calentando, pero se calentará menos bruscamente y nos dará otro periodo de gracia de 15 años". Otro equipo de SOCCOM ha desplegado flotadores robóticos en todo el Océano Austral que están reuniendo temperatura, salinidad e información biológica y química sobre el océano. Russell adelanta que sus próximos pasos son evaluar los modelos climáticos en comparación con las observaciones de los flotadores de SOCCOM para ver qué más podría faltar en los modelos.