MADRID, 2 Feb. (EUROPA PRESS) -
Un seguimiento de osos polares en primavera, su mejor época de caza, cuando las condiciones del hielo marino deberían ser ideales, revela que están gastando mucha más energía de la que consumen.
Los resultados ponen de relieve cómo los requisitos de energía de estos animales están aumentando junto con un clima cambiante, que favorece el deshielo prematuro.
Los osos polares dependen casi exclusivamente de una dieta rica en grasas de focas, que cazan de forma más eficiente desde la superficie del hielo marino. Sin embargo, la abundancia de hielo marino en el Ártico está disminuyendo a una tasa del 14 por ciento por década, lo que probablemente reduzca el acceso de los osos polares a sus presas.
En abril de 2014, 2015 y 2016, Anthony Pagano, biólogo de vida silvestre en el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) y sus colegas intentaron comprender mejor el gasto de energía de los osos polares durante esta temporada crítica mediante la captura de nueve hembras en el hielo marino del mar de Beaufort, entre Alaska y territorios canadienses.
Estos investigadores midieron las tasas metabólicas de cada oso mediante el análisis de muestras de sangre y orina en el momento de la captura y luego de nuevo en la recuperación, entre 8 y 11 días. Además, equiparon a los osos con collares GPS que también registran la actividad durante el día. Los datos sugieren que el metabolismo del oso polar es 1,6 veces más alto de lo que se pensaba anteriormente.
Cinco de los nueve osos en el estudio perdieron masa corporal, lo que significa que no estaban capturando suficientes presas de mamíferos marinos ricas en grasa para satisfacer sus demandas de energía. Cuatro de los osos perdieron el 10 por ciento o más de su masa corporal durante el periodo de 8 a 11 días, con una pérdida promedio de 1 por ciento al día (un oso perdió no sólo sus reservas de grasa, sino también su músculo magro). Los autores señalan que esto es cuatro veces la cantidad de masa perdida por día que se ha observado en los osos polares en ayunas en tierra.
"Esto fue al comienzo del período de abril a julio, cuando los osos polares atrapan a la mayoría de sus presas y adquieren la mayor parte de la grasa corporal que necesitan para sobrevivir durante todo el año", señala en un comunicado Pagano, que realizó el estudio como parte de su tesis en la Universidad de California (UC) Santa Cruz, Estados Unidos, donde ha estado trabajando con los coautores Terrie Williams y Daniel Costa, ambos profesores de ecología y biología evolutiva.
En la primavera, los osos polares se alimentan principalmente de focas anilladas recientemente destetadas, que son más susceptibles de ser atrapadas que las focas adultas. Para el otoño, las focas jóvenes son más viejas y más sabias, y los osos polares no pueden atrapar tantas. "Descubrimos que los osos polares en realidad tienen demandas de energía mucho más altas de lo que se había predicho. Deben capturar una gran cantidad de focas", dice Pagano.
LOS OSOS SE DESPLAZAN A GRANDES DISTANCIAS EN BUSCA DE ALIMENTO
Según estos expertos, el hielo marino cada vez más fragmentado generará un desequilibrio aún mayor en la relación entre el gasto de energía y el consumo de estos animales. El estudio, que se publica este viernes en 'Science', revela los mecanismos fisiológicos detrás de las disminuciones observadas en las poblaciones de osos polares.
"Hemos estado documentando descensos en las tasas de supervivencia del oso polar, la condición corporal y el número de población en la última década --señala--. Este estudio identifica los mecanismos que están impulsando esas disminuciones al observar las necesidades energéticas reales de los osos polares y la frecuencia con la que pueden atrapar focas".
El cambio climático está teniendo efectos dramáticos en el hielo marino del Ártico, obligando a los osos polares a desplazarse a mayores distancias y dificultando la captura de sus presas. En el mar de Beaufort, el hielo marino comienza a alejarse de la plataforma continental en julio, y la mayoría de los osos se desplazan hacia el norte sobre el hielo mientras se retira.
A medida que el Ártico se calienta y se derrite más hielo marino, los osos deben moverse a distancias mucho mayores que anteriormente. Esto hace que gasten más energía durante el verano, cuando están ayunando hasta que el hielo regresa a la plataforma continental en el otoño.
En otras áreas, como la bahía de Hudson, en Canadá, la mayoría de los osos se trasladan a la tierra cuando el hielo marino se retira. Allí, el calentamiento del Ártico supone que el hielo marino se está disgregando más temprano en verano y regresa más tarde en otoño, forzando a los osos a pasar más tiempo en la tierra.