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MADRID, 24 Ago. (EUROPA PRESS) -
Cuatro de las cinco colonias de pingüinos emperador del mar de Bellingshausen, en la Antártida, no vieron sobrevivir a ningún polluelo que saliera del nido con éxito en la primavera de 2022.
Un estudio publicado en la revista 'Communications Earth & Environment' sugiere que este completo fracaso reproductor es consecuencia directa de la pérdida sin precedentes de hielo marino registrada en la región en los últimos años debido al cambio climático.
Las colonias de pingüinos emperador ('Aptenodytes forsteri') suelen necesitar hielo estable pegado a tierra entre abril y enero para garantizar el éxito de la reproducción y la muda. Cualquier cambio en la extensión del hielo marino antártico puede afectar a su reproducción, ya que los polluelos no desarrollan plumas impermeables hasta el volantón.
Peter Fretwell y sus colegas del British Antarctic Survey utilizaron imágenes satelitales que cubren el período entre 2018 y 2022 para monitorear la presencia de pingüinos emperador durante la temporada de reproducción en cinco colonias en el Mar de Bellingshausen en la Antártida.
Las colonias se conocen como Rothschild Island, Verdi Inlet, Smyley Island, Bryan Coast y Pfrogner Point y varían en tamaño desde alrededor de 630 parejas en Rothschild Island hasta alrededor de 3.500 parejas en Smyley Island.
Los autores descubrieron que cuatro colonias --Verdi Inlet, Smyley Island, Bryant Coast y Pfrogner Point-- experimentaron un fracaso reproductivo total y fueron abandonadas en el periodo posterior a la ruptura del hielo marino antes del inicio del periodo de volantones en diciembre de 2022.
Los autores indican que es poco probable que algún polluelo sobreviviera para desovar con éxito en estas colonias. Sin embargo, las imágenes de satélite sugieren que los pollos sí salieron del nido con éxito en la colonia de la isla Rothschild. Apuntan que, de las cinco colonias, solo la de la costa de Bryant había experimentado un fracaso total en la reproducción antes de 2022.
Se trata del primer fracaso reproductivo regional de pingüinos emperador observado en los últimos 13 años en la región, y una de las primeras pruebas del impacto directo del calentamiento antártico sobre la viabilidad de las poblaciones de pingüinos emperador.