Bombardeo en Gaza - Omar Ashtawy / Zuma Press / ContactoPhoto
MADRID, 7 Jun. (EUROPA PRESS) -
Las emisiones de gases de efecto invernadero durante los primeros 120 días del conflicto entre Israel y Hamas en Gaza superaron las emisiones anuales de 26 países individuales.
Un nuevo estudio realizado por un equipo internacional de investigadores ha revelado el importante impacto ambiental de este conflicto armado en curso en Oriente Próximo.
En el período estudiado se produjo una intensa actividad militar, incluidos bombardeos, vuelos de reconocimiento y ataques con cohetes.
Si se tienen en cuenta las emisiones derivadas de la construcción y fortificación de la infraestructura de guerra por parte de Israel y Hamás, como la red de túneles de Hamás y el "muro de hierro" protector de Israel, las emisiones totales superan las de más de 36 países individuales.
Del mismo modo, se prevé que las emisiones asociadas con la reconstrucción de Gaza sean superiores a las emisiones anuales de más de 135 países, lo que las equipara a las de Suecia y Portugal.
La estimación superior de las emisiones de las actividades anteriores, durante la guerra y después de la guerra es comparable a la quema de 31.000 kilotoneladas de carbón, suficiente para alimentar unas 15,8 centrales eléctricas de carbón durante un año.
Por otra parte, el estudio subraya la urgente necesidad de que se presenten informes obligatorios sobre las emisiones militares a través de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) para comprender y mitigar mejor el impacto climático de los conflictos.
La investigación estima las emisiones de carbono del conflicto entre Israel y Gaza a lo largo de tres períodos distintos: las actividades de construcción preparatorias antes del conflicto, las emisiones de los primeros 120 días de guerra activa (octubre de 2023 a febrero de 2024) y las emisiones proyectadas de los futuros esfuerzos de reconstrucción en Gaza.
Se estima que las emisiones totales de las actividades de guerra directa en los primeros 120 días oscilan entre 420.265 y 652.552 toneladas de dióxido de carbono equivalente (tCO2e). Esta cifra aumenta drásticamente si se consideran las actividades de construcción anteriores y posteriores a la guerra, y alcanza entre 47.669.097 y 61.443.739 tCO2e.
El estudio se realiza tras devastadoras pérdidas humanas y financieras. Desde el inicio del conflicto el 7 de octubre de 2023, han muerto más de 35.000 palestinos y 1.139 israelíes, y más de 100 israelíes y extranjeros siguen siendo rehenes de Hamás.
Entre el 54 y el 66% de los edificios de Gaza, incluidas viviendas, escuelas, mezquitas y hospitales, han sido destruidos o dañados. Se calcula que el coste financiero para Israel asciende a 50.000 millones de dólares, incluida la reconstrucción de Gaza, y el Banco Mundial calcula que los daños a las estructuras físicas ascienden a 18.500 millones de dólares.
Si bien las crisis humanitarias dominan la atención mundial, el impacto ambiental del conflicto es significativo y merece atención. Las operaciones militares, según un estudio anterior, son responsables de alrededor del 5,5% de las emisiones globales de carbono, pero a menudo estas emisiones no se registran ni se estudian lo suficiente. El equipo de investigación aboga por mejores metodologías para rastrear y registrar estas emisiones, y destaca la importancia de incluir las emisiones en tiempos de guerra en los cálculos climáticos.
El coautor, el Dr. Benjamin Neimark, profesor titular de la Universidad Queen Mary de Londres, destacó en un comunicado la importancia de esta investigación para llamar la atención sobre las consecuencias ambientales de la guerra: "El estudio destaca la necesidad de informar exhaustivamente sobre las emisiones militares a la CMNUCC y de una mayor conciencia del impacto climático de los conflictos. Mientras el mundo se enfrenta a la doble crisis del cambio climático y los conflictos militares, es crucial comprender y mitigar el impacto ambiental de la guerra".
El coautor, el Dr. Patrick Bigger, director de investigación del Climate and Community Project, un grupo de expertos en justicia climática con sede en los Estados Unidos, dice: "Las emisiones de carbono asociadas con la invasión israelí de Gaza no son la razón más importante por la que la comunidad mundial debería presionar para un alto el fuego; cada vida que aún está en riesgo es importante. Pero esta investigación demuestra algunos de los impactos sociales y ambientales a largo plazo de la guerra, y sirve como recordatorio de que el conflicto armado nos acerca al precipicio del calentamiento catastrófico".
Los investigadores esperan que su trabajo impulse más estudios y cambios de políticas para abordar los costos climáticos significativos, aunque a menudo pasados por alto, de la guerra.