Boya delimitadora de la zona de protección integral del área marina protegida de Portofino. - JOACHIM CLAUDET
MADRID, 21 Oct. (EUROPA PRESS) -
Los beneficios de las áreas marinas protegidas se extienden mucho más allá de sus límites ya que ayudan a secuestrar carbono y a fomentar la adaptación ecológica y social al cambio climático.
Es la conclusión de un estudio publicado en la revista 'One Earth'.
"Las áreas marinas protegidas se promueven cada vez más como una solución climática basada en los océanos, pero estas afirmaciones siguen siendo controvertidas debido a la literatura difusa y poco sintetizada sobre los beneficios climáticos de las áreas marinas protegidas --escriben los investigadores--. Para abordar este vacío de conocimiento, realizamos una revisión bibliográfica sistemática de 22.403 publicaciones que abarcan 241 áreas marinas protegidas".
Los autores del estudio descubrieron que el secuestro de carbono en las áreas marinas protegidas aumentaba significativamente en las zonas de pastos marinos, en los manglares y en las zonas donde no se arrastraban los sedimentos.
"La degradación parcial o total de los manglares y de las praderas marinas dio lugar a disminuciones similares del carbono secuestrado, lo que indica que incluso niveles bajos de impacto humano dan lugar a importantes emisiones de carbono", afirman.
Además de aumentar el secuestro de carbono, las zonas preservadas eran más biodiversas, tenían una mayor riqueza de especies y también mostraban beneficios para los seres humanos. Las zonas marinas protegidas tenían una mayor seguridad alimentaria, y las poblaciones de peces en las aguas adyacentes a estas zonas protegidas aumentaron.
Los autores señalan que los beneficios de mitigación y adaptación de estas áreas protegidas sólo se alcanzaron con niveles de protección elevados, y que los beneficios aumentaron cuanto más tiempo estuvo protegida un área.
"En las cuatro vías analizadas, sólo los niveles completos y altos de protección produjeron beneficios de mitigación o adaptación --escriben--. En cambio, los niveles bajos de protección no generaron beneficios. Además, los aumentos en la riqueza de especies y en los ingresos de los pescadores sólo se produjeron en las áreas totalmente protegidas, donde no se permite la pesca".