MADRID, 2 Jul. (EUROPA PRESS) -
Ampliamente aclamadas como fuentes "verdes" de energía renovable, se han construido represas hidroeléctricas en todo el mundo a una escala sin precedentes.
Ahora, una investigación de la Universidad de East Anglia, en Reino Unido, revela que estos grandes proyectos de infraestructura están lejos de ser amigables con el medio ambiente.
Su estudio, publicado este miércoles en 'Plos One', revela los efectos drásticos de la principal represa amazónica de Balbina en la biodiversidad de la selva tropical. En concreto, alerta de una pérdida de mamíferos, aves y tortugas de la gran mayoría de las islas provocada por la creación de este gran lago artifical, uno de los mayores reservorios hidroeléctricos del mundo. Comenzó a operar en 1989 y ocupa 2.360 kilómetros cuadrados.
La autora principal, Maíra Benchimol, exestudiante de doctorado en la Universidad de East Anglia (UEA) y ahora en la Universidad Estadual de Santa Cruz, Bahía, Brasil, explica: "Las represas hidroeléctricas se han considerado como una fuente no contaminante de energía renovable y en los últimos años se han construido para abastecer las crecientes demandas de energía de los países tropicales emergentes".
"Estudios anteriores han demostrado que las grandes represas generan graves pérdidas en los ingresos de la pesca, aumentando las emisiones de gases de efecto invernadero y los costos socioeconómicos para las comunidades locales. Nuestra investigación añade pruebas de que la biodiversidad forestal también paga un alto precio cuando se construyen grandes represas", alerta.
El profesor Carlos Peres, de la Escuela de Ciencias Ambientales de la UEA, detalla: "Por supuesto, se sabe ampliamente que las represas causan pérdidas masivas de población en las especies terrestres y arborícolas dentro de las áreas forestales de las tierras bajas que se inundan. Sin embargo, sólo estamos empezando a darnos cuenta de la impactante magnitud de las extinciones en áreas forestales que permanecen fuera del agua como islas hábitat".
"El gobierno brasileño está planeando construir cientos de nuevas presas en algunas de las regiones de bosques tropicales más biodiversos del mundo. Sin embargo, deben sopesarse cuidadosamente los altos costos de la biodiversidad de las mega represas frente a los beneficios de la producción de energía hidroeléctrica".
La presa de Balbina en la Amazonía Central de Brasil es una de las mayores represas hidroeléctricas del mundo en términos de superficie total inundada. La creación de esta presa hizo que un paisaje anteriormente ininterrumpido de continuo bosque imperturbable se convirtiera en un archipiélago artificial de 3.546 islas.
El equipo de investigación realizó análisis intensivos de la biodiversidad durante más de dos años en 37 islas aisladas por el embalse hidroeléctrico y tres zonas forestales continuas vecinas. También estudiaron la tierra y los árboles habitados por vertebrados en estos 40 sitios forestales. Más investigación realizada por estos expertos se centró en las plantas y utilizó imágenes satelitales de alta resolución para entender mejor el nivel de degradación de los bosques en las islas.
Entre los resultados obtenidos, destaca una clara evidencia de pérdida generalizada de los animales en las islas forestales tras 26 años de aislamiento, incluso bajo el escenario de la mejor protección asegurada por la reserva biológica más grande de Brasil. Vertebrados grandes que incluyen mamíferos, aves de caza grandes y tortugas han desaparecido de la mayoría de las islas formadas por la creación del lago de Balbina.
De las 3.546 islas creadas, solamente 25 son ahora susceptibles de albergar al menos cuatro quintas partes de las 35 especies analizadas en el estudio. El tamaño de la isla era el factor más importante para predecir el número de especies de vertebrados forestales que continúan en ellas. Benchimol subraya: "Hemos encontrado que sólo unas pocos islas mayores de 475 hectáreas todavía contenían una comunidad diversa de especies de animales y aves, que corresponde a sólo el 0,7 por ciento de todas las islas".
"Además de los efectos de la reducción de la superficie, la mayoría de las islas pequeñas sucumbieron a la exposición al viento y los fuegos efímeros que se produjeron durante una severa sequía de El Niño en 1997-98. Las islas tras los fuegos conservan incluso menos especies de vida silvestre que las islas de tamaño similar que no se vieron afectadas por los incendios forestales", subraya.
En otro estudio publicado el mes pasado en el 'Journal of Ecology', los autores mostraron que los incendios en estas pequeñas islas tienen un efecto en cadena sobre la vida animal, con aceleración de las tasas de extinción por la reducción de los bosques habitables.
"Las diferentes especies de vida silvestre responden de manera diferente en función de su estilo de vida. Las que necesitan áreas de distribución pequeñas hicieron frente mejor a la pérdida de hábitat forestal causada por la represa. Sin embargo, la futura viabilidad demográfica y genética de pequeñas poblaciones aisladas en las zonas afectadas por las grandes represas parece oscura, ya que algunas especies son capaces de mantener el flujo de genes al nadar largas distancias para llegar a otras islas", señala Benchimol.
A ello, Peres agrega: "Hemos previsto una tasa de extinción local global de más del 70 por ciento de las 124.110 poblaciones de vida silvestre de las especies que estudiamos en las 3.546 islas a través de todo el archipiélago. Estamos aportando más luz sobre los devastadores impactos de proyectos de infraestructura de gran tamaño en la biodiversidad de los bosques tropicales, algo que debería tenerse en cuenta en cualquier evaluación de impacto ambiental de las nuevas represas hidroeléctricas".