Pirámides de Giza - FLICKR
MADRID, 6 Sep. (EUROPA PRESS) -
El Mediterráneo Oriental y Oriente Próximo serán un punto crítico del cambio climático, porque se calientan casi dos veces más rápido que el promedio mundial y más deprisa que otras zonas habitadas.
Es la conclusión de un nuevo informe elaborado por un grupo internacional de científicos liderados por el Instituto Max Planck de Química y publicado en la revista Reviews of Geophysics.
Los 17 países incluidos en el análisis del informe son Bahrein, Chipre, Egipto, Grecia, Irán, Irak, Israel, Jordania, Kuwait, Líbano, Omán, Palestina, Qatar, Arabia Saudita, Siria, Turquía y los Emiratos Árabes Unidos.
Para el resto del siglo, las proyecciones basadas en una trayectoria habitual indican un calentamiento general de hasta 5 °C o más, siendo más fuerte en el verano, y asociado con olas de calor sin precedentes que pueden ser perjudiciales para la sociedad.
Además, la región experimentará escasez de lluvias que comprometerá la seguridad hídrica y alimentaria. Se espera que prácticamente todos los sectores socioeconómicos se vean gravemente afectados, con impactos potencialmente devastadores en la salud y los medios de subsistencia de los 400 millones de habitantes de la EMME (Eastern Mediterranean and Middle East), con implicaciones en todo el mundo.
El informe, que se realizó en preparación para la COP27, que tendrá lugar en Egipto en noviembre de 2022, proporciona una evaluación completa y actualizada de los datos de medición y análisis climáticos recientes, cubriendo una amplia gama de escalas de tiempo, fenómenos y posibles caminos futuros. Identifica a la región como un punto crítico del cambio climático y también señala que la EMME está superando rápidamente a la Unión Europea como fuente de gases de efecto invernadero y convirtiéndose en un importante emisor a escala mundial.
Además del aumento promedio de las temperaturas, los investigadores llaman la atención sobre la aparición de fenómenos meteorológicos extremos con impactos sociales potencialmente perturbadores. Estos incluyen el fuerte aumento de la gravedad y la duración de las olas de calor, las sequías y las tormentas de polvo, y las lluvias torrenciales que se espera que desencadenen inundaciones repentinas. La evaluación también comprende una discusión sobre la contaminación atmosférica y el cambio de uso de la tierra en la región, considerando la urbanización, la desertificación y los incendios forestales, e incluye recomendaciones para posibles medidas de mitigación y adaptación al cambio climático.
"Las vías habituales para el futuro", es decir, las proyecciones que no suponen una acción climática inmediata y ambiciosa para evitar las trayectorias climáticas actuales, "implican una expansión hacia el norte de las zonas climáticas áridas a expensas de las regiones más templadas", explica en un comunicado el doctor George Zittis del The Cyprus Institute, primer autor del estudio.
Como resultado, las zonas de clima montañoso con nieve disminuirán durante este siglo. La combinación de lluvias reducidas y un fuerte calentamiento contribuirá a sequías severas. Se prevé que el nivel del mar en la EMME aumente a un ritmo similar al de las estimaciones mundiales, aunque muchos países no están preparados para el avance de los mares. "Esto implicaría graves desafíos para la infraestructura costera y la agricultura, y puede conducir a la salinización de los acuíferos costeros, incluido el delta del Nilo, densamente poblado y cultivado", advierte Zittis.
Los cambios proyectados afectarán críticamente a prácticamente todos los sectores socioeconómicos, particularmente en un escenario de negocios como de costumbre. Jos Lelieveld, director del Instituto Max Planck de Química, profesor del Instituto en el Instituto de Chipre y coordinador de la evaluación, señala: "Las personas que viven en la EMME se enfrentarán a importantes desafíos para la salud y riesgos para el sustento, especialmente las comunidades desfavorecidas, los ancianos, los niños y mujeres embarazadas".
Para evitar el más extremo de los eventos climáticos severos en la región, los científicos destacan que es urgente una acción climática inmediata y efectiva. "El lema de la COP 27 está bien elegido: Juntos por una implementación justa y ambiciosa ahora", afirma Jos Lelieveld. "Dado que muchos de los resultados regionales del cambio climático son transfronterizos, es indispensable una mayor colaboración entre los países para hacer frente a los impactos adversos esperados. La necesidad de cumplir los objetivos del Acuerdo de París se ha vuelto más importante que nunca", dice Lelieveld.
El estudio señala que cumplir con los principales objetivos del Acuerdo de París podría estabilizar el aumento de la temperatura anual en la EMME en aproximadamente 2 °C para fines de siglo, en lugar de los devastadores 5 °C que se proyectan en un escenario de no tomar medidas al respecto.