MADRID, 11 Ene. (EUROPA PRESS) -
Científicos han cartografiado por primera vez una vasta turba en la cuenca del Congo, un trabajo que ha revelado que se trata de la más grande de los trópicos. El nuevo estudio encontró que las turberas de Cuvette Centrale en la cuenca central del Congo, desconocidas hace cinco años, cubren 145.500 kilómetros cuadrados, un área más grande que Inglaterra, y que encierran 30.000 millones de toneladas de carbono, convirtiendo a la región en uno de los ecosistemas más ricos en carbono de la Tierra.
El equipo de investigación británico-congolés pasó tres años explorando bosques de pantanos tropicales remotos para encontrar muestras de turba para analizar en el laboratorio. Su investigación, publicada este miércoles en 'Nature', combinó el análisis de turba con datos de satélite para estimar que las turberas de la Cuenca del Congo almacenan el equivalente a tres años de emisiones totales de combustibles fósiles del mundo.
Los colíderes del estudio, el profesor Simon Lewis y la doctora Greta Dargie, de la Universidad de Leeds y el 'University College London', en Reino Unido, descubrieron por primera vez la existencia de las turberas durante el trabajo de campo que realizaron en 2012.
Lewis apunta: "Nuestra investigación muestra que la turba en la cuenca del Congo central cubre una cantidad colosal de la tierra que es 16 veces mayor que la estimación anterior y es el único complejo de turberas más grande encontrado en cualquier lugar en los trópicos También hemos detectado 30.000 millones de toneladas de carbono que nadie sabía que existían. La turba cubre sólo el 4 por ciento de toda la cuenca del Congo, pero almacena la misma cantidad de carbono bajo tierra que la almacenada por encima del suelo en los árboles que cubren el otro 96 por ciento".
"Estas turberas poseen casi el 30 por ciento del carbono de las turberas tropicales del mundo, es decir, 20 años de emisiones de combustibles fósiles de Estados Unidos de América", destaca Lewis. A ello, la doctora Dargie añade: "Nuestro descubrimiento en 2012 de la turba cuenca del Congo nos dio suficiente conocimiento para refinar nuestras búsquedas. En 2014, cuando encontramos los depósitos de turba más profundos en las zonas más remotas del pantano, nos dimos cuenta de la importancia de las turberas de Cuvette Centrale. La gran extensión de estas turberas convierte a África central en el complejo de turberas más extenso del mundo y es sorprendente que en 2016 se puedan hacer descubrimientos como éste".
El profesor Lewis subraya: "Nuestro nuevo mapa de turberas es el primer paso en la comprensión de este vasto ecosistema. Estos bosques pantanosos se han clasificado erróneamente en todos los mapas anteriores, por lo que espero que nuestro trabajo estimule mucho más la inversión en esta región descuidada para entender mejor la función de las turberas dentro del ciclo global del carbono y del sistema climático".
La turba es un suelo húmedo orgánico formado a partir de desechos de plantas parcialmente descompuestos, más comúnmente localizados en ambientes frescos. Las turberas saludables actúan como sumideros de carbono, eliminando el carbono de la atmósfera a través del crecimiento de las plantas. Su entorno inundado evita la descomposición adicional de la turba, bloqueando el carbono.
Se necesita que haya anegamiento durante todo el año para que la turba se forme en los trópicos. Si las turberas se secan, ya sea a través de cambios en el uso de la tierra como el drenaje para la agricultura o la reducción de la precipitación, se reanuda la descomposición, liberando dióxido de carbono a la atmósfera.
ALMACENAMIENTO DE CARBONO EN LA TURBERA DURANTE 11.000 AÑOS
El profesor Lewis explica: "Las turberas son solamente un recurso en la lucha contra el cambio climático cuando se dejan intactas y, por lo tanto, mantener grandes depósitos de carbono en turberas inalteradas debe ser una prioridad. Nuestros nuevos resultados muestran que el carbono se ha ido acumulando en la turba de la cuenca del Congo a lo largo de casi 11.000 años. Si se destruyera el complejo de turba de la Cuenca del Congo se liberarían miles de millones de toneladas de dióxido de carbono en nuestra atmósfera".
El estudio sitúa a la República Democrática del Congo (RDC) y la República del Congo (RoC) como el segundo y tercer países más importantes del mundo en cuanto a reservas de carbono en la turba tropical. En primer lugar está Indonesia, que posee turberas tropicales a lo largo de las islas de Borneo, Sumatra y Nueva Guinea. Estas islas asiáticas han sufrido daños o pérdidas en cerca de 94.000 kilómetros cuadrados de turbera principalmente por incendios forestales o drenajes para uso agrícola en las últimas décadas.
Debido a su remota ubicación, las turberas de la cuenca del Congo están relativamente intactas, pero podrían enfrentarse a las amenazas del drenaje para las plantaciones agrícolas, particularmente para el aceite de palma, como está ocurriendo en Indonesia. Como las turberas congoleñas se han descubierto tan recientemente, no figuran en los planes de conservación para garantizar que no se alteren. La turba también puede ser vulnerable a los efectos del cambio climático de dos maneras: si el aumento de las temperaturas incrementa la evaporación o si se reduce la precipitación media a un nivel en el que la turba comienza a secarse. En este punto la turba comenzaría a liberar su carbono a la atmósfera.
"El descubrimiento de las turberas de Cuvette Centrale podría tener un gran impacto en las políticas climáticas y de conservación del Congo. El mantenimiento y la protección de esta turba de la Cuvette Centrale podría tener un gran impacto en las políticas climáticas y de conservación del Congo --afirma Ifo Suspense, de la Universidad Marien Ngouabi en el capital de RoC, Brazzaville--. La turbera, junto con la protección de nuestros bosques, podría ser la gran contribución de África central al problema del cambio climático mundial".
Además de su condición de región de importancia mundial para el almacenamiento de carbono, los pantanos de la Cuenca del Congo son refugios de especies amenazadas, como gorilas de tierras bajas y elefantes del bosque. "Esta investigación destaca la inmensa importancia de estos bosques pantanosos para la estabilidad de nuestro clima y como refugio vital para muchos miles de grandes simios, elefantes y otros mamíferos forestales grandes que están amenazados por los desarrollos en el paisaje circundante", señala la doctora Emma Stokes, directora del Programa para África Central de la Sociedad de Conservación de la Vida Silvestre.
El estudio detalla que los investigadores emplearon muestras de núcleo para confirmar la presencia de suelo de turba y detectar una profundidad media de 2,4 metros, pero con zonas de hasta 5,9 metros, aproximadamente la altura de un edificio de dos pisos. Además, usaron medidas de campo que confirmaron la presencia de turba y la vegetación que lo cubre, determinando que sólo dos tipos específicos de bosques tienen turba debajo: un pantano anegado durante todo el año de árboles de madera dura y un pantano inundado durante todo el año dominado por una especie de palma.
Los investigadores utilizaron entonces datos de satélites estadounidenses y japoneses para mapear los dos tipos específicos de bosques de pantanos de turba en toda la región con el fin de identificar los límites de las turberas de la Cuenca del Congo. Todo ello, junto con los análisis de laboratorio permitió calcular el total de las reservas de carbono: los humedales de la Cuvette Centrale ocupan aproximadamente el 10 por ciento de la cuenca del Congo y alrededor del 40 por ciento de la extensión total de todos los humedales de Cuvette Centrale tiene turba debajo.