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MADRID, 28 Oct. (EUROPA PRESS) -
Un estudio publicado en Nature Communications ha cartografiado por primera vez la vulnerabilidad de las más de 1.000 denominaciones de origen protegidas de vinos europeos ante el cambio climático.
La investigación, dirigida por la Universidad Ca' Foscari de Venecia y Eurac Research, considera no solo varios escenarios climáticos, sino también los marcos regulatorios y los recursos socioeconómicos de cada región vitivinícola.
En cuanto al grado de cambio climático previsto, las indicaciones geográficas muestran que la mayor exposición se dará en Rumanía, Croacia, Bulgaria, Italia y Hungría. Los niveles más bajos de exposición se encontraron en áreas con una fuerte influencia oceánica, como Portugal o las Islas Canarias, o ubicadas en latitudes más altas, como Bélgica y los Países Bajos.
Si consideramos las condiciones climáticas históricas de las variedades de uva tradicionales en diferentes regiones, las áreas del sur de Europa son particularmente vulnerables a los cambios. Esta sensibilidad se debe a las estrictas regulaciones sobre las variedades que se pueden cultivar y al hecho de que estas regiones a menudo se acercan a los límites máximos de temperatura adecuados para las variedades de uva existentes.
Los investigadores también calcularon la capacidad de adaptación de cada indicación geográfica, es decir, la posibilidad de desplegar acciones y recursos capaces de hacer frente a las nuevas condiciones climáticas, teniendo en cuenta 15 indicadores. Entre los parámetros socioecológicos analizados se encuentran la estructura de la población, la solidez financiera, la capacidad de los recursos humanos y las características naturales del territorio que permiten una mayor adaptabilidad.
A juicio de los investigadores, están surgiendo varios grupos de regiones vitivinícolas, que muestran diferentes niveles de vulnerabilidad. El cinco por ciento de las regiones vitivinícolas europeas se enfrentan a los riesgos más importantes en las próximas décadas, no solo por las condiciones climáticas sino también por la falta de recursos para adaptarse. Entre ellas se encuentran Trebbiano d'Abruzzo y Lambrusco Mantovano en Italia, así como la Sierra de Salamanca en España.
VULNERABILIDAD ALTA PARA RIOJA
En el caso de otros tres grupos, la vulnerabilidad es alta, pero no al nivel del grupo más vulnerable. Estos comprenden el 25% de las regiones vitivinícolas europeas e incluyen denominaciones como Côtes de Provence (Francia), Conegliano Valdobbiadene Prosecco (Italia), Alentejo (Portugal) y Rioja (España), y algunas denominaciones en el centro de Italia (por ejemplo, Colli Maceratesi y Colline Teramane Montepulciano d'Abruzzo).
Los grupos de riesgo moderado y bajo comprenden aproximadamente el 70% de las regiones, incluidas Côtes d'Auvergne y Alsacia en Francia, Rheinhessen en Alemania y Alto Adige en Italia. Para muchas de estas regiones, su capacidad de adaptación es clave. Tienen los recursos potenciales para adaptarse a los cambios ambientales, como trasladarse a altitudes mayores o invertir en tecnologías avanzadas.
"Las más de mil indicaciones geográficas europeas difieren enormemente no solo en las condiciones ambientales, climáticas y de procesamiento, sino también en sus valores culturales y tradiciones. Todos estos elementos contribuyen a definir el terroir (terruño) de una región", explica Sebastian Candiago, quien trabajó en el estudio durante su doctorado en Ciencia y Gestión del Cambio Climático en la Universidad Ca' Foscari de Venecia y ahora es investigador en la Universidad de Bayreuth, Alemania.
"El cambio climático presenta un desafío significativo para los viticultores porque las vides son cultivos perennes que dependen de condiciones locales específicas para crecer. Además, modificar las especificaciones de producción puede ser bastante difícil. Por lo tanto, tanto la flexibilidad como la previsión son esenciales.
"Nuestra investigación tiene como objetivo identificar qué regiones vitivinícolas es probable que se enfrenten a los mayores desafíos, asegurando que sigan ofreciendo valor económico, ambiental, cultural e identitario.
"En algunos casos, la solución puede encontrarse en estrategias como la gestión de la cubierta vegetal, el uso del riego, la modificación de la estructura del viñedo, la selección de portainjertos o el uso de cultivos de cobertura. En otros casos, será necesario cambiar las reglas más a fondo.
"Las especificaciones están hechas para regular y ser duraderas, pero no son eternas. Esto es evidente en Burdeos, Francia, donde se ha introducido un experimento para explorar el uso de variedades de uva como Touriga Nacional, que son típicas de Portugal y se adaptan mejor a climas más cálidos. Esto podría ayudar a la región vitivinícola a ser más resiliente a los cambios futuros".
Los resultados de la investigación están disponibles en línea a través de un mapa interactivo que permite a los usuarios analizar cada denominación de origen protegida en Europa y sus características.