Mapa de áreas que experimentaron estrés climático en los ecosistemas de la región ártico-boreal entre 1997 y 2020, según lo detectado por múltiples variables, incluidos datos satelitales y registros de temperatura a largo plazo. - WATTS ET AL. 2025/ CHRISTINA SHINTANI
MADRID, 16 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio revela cómo en los últimos 40 años han saltado alertas por el calentamiento en todo el Ártico y muchas de estos puntos críticos se agrupan en Siberia, norte de Canadá y Alaska.
El análisis de la región ártico-boreal que se calienta rápidamente, publicado en Geophysical Research Letters esta semana, proporciona una imagen ampliada de los ecosistemas que experimentan algunos de los cambios climáticos más rápidos y extremos de la Tierra.
Muchas de las áreas más estresadas por el clima presentaban permafrost, o suelo que permanece congelado todo el año, y experimentaron un calentamiento y una sequía graves en el pasado reciente.
Para identificar estos "puntos críticos", un equipo de investigadores del Centro de Investigación Climática Woodwell, la Universidad de Oslo, la Universidad de Montana, el Instituto de Investigación de Sistemas Ambientales (Esri) y la Universidad de Lleida utilizaron más de 30 años de datos geoespaciales y registros de temperatura a largo plazo para evaluar los indicadores de vulnerabilidad de los ecosistemas en tres categorías: temperatura, humedad y vegetación.
Basándose en evaluaciones como el Informe sobre el Ártico de la NOAA, el equipo de investigación fue más allá de evaluar métricas aisladas de cambio y analizó múltiples variables a la vez para crear una imagen más completa e integrada de los cambios climáticos y de los ecosistemas en la región.
"El calentamiento climático ha generado una gran presión sobre los ecosistemas en las altas latitudes, pero la presión se ve muy diferente de un lugar a otro y queríamos cuantificar esas diferencias", dijo en un comunicado la doctora Jennifer Watts, directora del programa del Ártico en Woodwell Climate y autora principal del estudio. "Detectar puntos críticos a nivel local y regional nos ayuda no solo a construir una imagen más precisa de cómo el calentamiento del Ártico está afectando a los ecosistemas, sino también a identificar lugares donde realmente necesitamos concentrar los esfuerzos de monitoreo y los recursos de gestión futuros".
El equipo utilizó estadísticas espaciales para detectar "vecindarios", o regiones de niveles particularmente altos de cambio durante la última década.
UN PANORAMA COMPLEJO Y PREOCUPANTE
El calentamiento terrestre más sustancial entre 1997 y 2020 se produjo en la tundra siberiana del extremo oriental y en toda Siberia central. Aproximadamente el 99% de la región de la tundra euroasiática experimentó un calentamiento significativo, en comparación con el 72% de los bosques boreales euroasiáticos. Si bien algunos puntos críticos en Siberia y los Territorios del Noroeste de Canadá se volvieron más secos, los investigadores detectaron un aumento de las aguas superficiales y las inundaciones en partes de América del Norte, incluido el delta del Yukón-Kuskokwim en Alaska y el centro de Canadá. Estos aumentos de agua en el paisaje a lo largo del tiempo probablemente sean una señal del deshielo del permafrost.
Entre los 20 lugares más vulnerables que identificaron los investigadores, todos contenían permafrost.
"Las regiones árticas y boreales están formadas por ecosistemas diversos, y este estudio revela algunas de las formas complejas en que están respondiendo al calentamiento climático", dijo la Dra. Sue Natali, directora del proyecto Permafrost Pathways en Woodwell Climate y coautora del estudio. "Sin embargo, el permafrost fue un denominador común: las regiones más estresadas por el clima contenían permafrost, que es vulnerable al deshielo a medida que aumentan las temperaturas. Esa es una señal realmente preocupante".
Para los administradores de tierras y otros tomadores de decisiones, el mapeo de puntos críticos locales y regionales como este puede servir como una herramienta de monitoreo más útil que los promedios regionales. Tomemos, por ejemplo, el ejemplo de los datos de seguimiento de Covid-19: los mapas de datos de aguas residuales condado por condado tienden a ser herramientas más útiles para guiar la toma de decisiones que los promedios nacionales, ya que las tasas de prevalencia y transmisión de enfermedades pueden variar ampliamente entre comunidades en un momento dado. Lo mismo ocurre con las tendencias climáticas: los datos locales y la detección de tendencias pueden respaldar los enfoques de gestión y adaptación que tengan en cuenta las condiciones únicas y cambiantes sobre el terreno.
Los cambios significativos que detectó el equipo en la región forestal boreal de Siberia deberían servir como una llamada de atención, afirmó Watts. "Estas regiones boscosas, que han ayudado a absorber y almacenar dióxido de carbono, ahora muestran importantes tensiones climáticas y un riesgo creciente de incendios. Necesitamos trabajar como comunidad global para proteger estos importantes y vulnerables ecosistemas boreales, al mismo tiempo que controlamos las emisiones de combustibles fósiles".