Imagen de microscopía electrónica de barrido que muestra ikaita. - DR LAURA BASTIANINI
MADRID, 21 Dic. (EUROPA PRESS) -
Investigadores creen haber encontrado una forma de aprovechar el enorme potencial de los océanos en la lucha contra el cambio climático, almacenando más CO2 sin que aumente la acidificación.
Han desarrollado un proceso de ingeniería para fabricar a gran escala un mineral de carbonato hidratado de origen natural, aunque poco frecuente, conocido como ikaita. Rico en calcio, este mineral, cuando se expone al agua de mar, se disuelve y convierte el CO2 en iones de bicarbonato (HCO3), que es un compuesto químico que neutraliza la acidez.
Según publican en la revista Joule científicos de la Universidad Heriot-Watt de Edimburgo y de la Universidad de Hamburgo, esto podría hacer que los océanos retuvieran una cantidad significativamente mayor de CO2 durante cientos de miles de años.
El Dr. Phil Renforth, del Research Centre for Carbon Solutions (RCCS) de la Universidad Heriot-Watt, propuso la idea y dirige un proyecto para explorar la viabilidad de este enfoque. Para evitar un cambio climático peligroso y cumplir los objetivos de la ONU de llegar a cero emisiones netas en 2050, es evidente que debemos eliminar el CO2 de la atmósfera. Se trata de un reto enorme, pero nuestra idea es utilizar los océanos del mundo, explica.
"Los océanos son una enorme reserva de dióxido de carbono y queremos potenciar ese sumidero siempre que no perjudique a los ecosistemas marinos y que pueda hacerse de forma segura y responsable. Lo que planteamos en este trabajo es un nuevo método que supera las limitaciones de algunas de las propuestas anteriores manteniendo el beneficio global para el océano", dijo en un comunicado.
El equipo académico de geoquímicos e ingenieros ha propuesto un método de producción de ikaita que puede reproducirse a escala, ya que los dos materiales clave necesarios -piedra caliza y agua- son abundantes. El método consiste en introducir piedra caliza y agua en un reactor junto con CO2 a presión. La piedra caliza se disuelve y el "agua dura" resultante se introduce en otro reactor donde se expone a bajas presiones. Este vaivén de presiones crea cristales de ikaita que pueden extraerse del reactor y añadirse al océano, aumentando su alcalinidad y eliminando dióxido de carbono de la atmósfera.
Para mantener su estabilidad química, la ikaita debe depositarse en aguas no más cálidas de 15 grados centígrados, como las del norte de Europa, Rusia, partes de Australia, Sudamérica y Sudáfrica.