MADRID, 25 Ene. (EUROPA PRESS) -
Una guerra nuclear podría desencadenar un episodio de calentamiento sin precedentes similar a El Niño en el Océano Pacífico ecuatorial, diezmando los recursos marinos.
Según un estudio dirigido por Rutgers, publicada en la revista Communications Earth & Environment, es poco probable que recurrir a los océanos en busca de alimentos si la agricultura en tierra firme colapsa después de un conflucto atómico sea una estrategia exitosa, al menos en el Pacífico ecuatorial.
"En nuestras simulaciones por computadora, vemos una reducción del 40 por ciento en la biomasa de fitoplancton (algas) en el Pacífico ecuatorial, lo que probablemente tendría efectos aguas abajo en organismos marinos más grandes que los humanos comen", dijo en un comunicado el autor principal Joshua Coupe, investigador asociado postdoctoral en el Departamento de Ciencias Ambientales de la Facultad de Ciencias Ambientales y Biológicas de la Universidad Rutgers-New Brunswick.
"Investigaciones anteriores han demostrado que el enfriamiento global después de una guerra nuclear podría conducir a la pérdida de cosechas en tierra, y nuestro estudio muestra que probablemente no podemos confiar en las especies marinas para ayudar a alimentar a las personas, al menos en esa zona del mundo".
Los científicos estudiaron el cambio climático en seis escenarios de guerra nuclear, centrándose en el Océano Pacífico ecuatorial. Los escenarios incluyen un gran conflicto entre Estados Unidos y Rusia y cinco guerras menores entre India y Pakistán. Tales guerras podrían encender enormes incendios que inyectan millones de toneladas de hollín (carbono negro) en la atmósfera superior, bloqueando la luz solar y alterando el clima de la Tierra.
Con un modelo del sistema terrestre para simular los seis escenarios, los científicos demostraron que una guerra nuclear a gran escala podría desencadenar un evento similar a El Niño sin precedentes que duraría hasta siete años. El Niño-Oscilación del Sur es el fenómeno natural más grande que afecta la circulación del Océano Pacífico, alternando entre eventos cálidos de El Niño y La Niña fría e influyendo profundamente en la productividad marina y la pesca.
Durante un 'Niño nuclear', los científicos encontraron que las precipitaciones sobre el continente marítimo (el área entre los océanos Índico y Pacífico y los mares circundantes) y África ecuatorial se cerrarían, en gran parte debido a un clima más frío.
Más importante aún, un 'Niño nuclear' cerraría el afloramiento de aguas más profundas y frías a lo largo del ecuador en el Océano Pacífico, reduciendo el movimiento ascendente de nutrientes que el fitoplancton, la base de la red alimentaria marina, necesita para sobrevivir. Además, la luz solar disminuida después de una guerra nuclear reduciría drásticamente la fotosíntesis, estresando y potencialmente matando a buena parte del fitoplancton, alimento de especies marinas de aprovechamiento pesquero.
"Recurrir al mar en busca de alimento después de una guerra nuclear que reduce drásticamente la producción de cultivos en tierra parece ser una buena idea", dijo en un comunicado el coautor Alan Robock, profesor distinguido en el Departamento de Ciencias Ambientales de Rutgers-New Brunswick. "Pero esa no sería una fuente confiable de la proteína que necesitamos, y debemos prevenir el conflicto nuclear si queremos salvaguardar nuestros alimentos y el medio ambiente de la Tierra".