MADRID, 30 Ene. (EUROPA PRESS) - La frecuencia de las olas de calor ha aumentado dramáticamente en los últimos 40 años, y la tendencia parece estar creciendo más rápidamente en las zonas urbanas, según un nuevo estudio. "Nuestros hallazgos sugieren que las zonas urbanas están experimentando una especie de doble golpe --una combinación de calentamiento climático en general combinado con el efecto de isla de calor-- , en el que las actividades humanas y el calor ambiental han creado una trampa que evita que las ciudades se enfríen tan rápido como las zonas rurales", dijo Dennis Lettenmaier, coautor del estudio y profesor de Geografía de la UCLA. "El calentamiento es global, pero el efecto se amplifica en las zonas urbanas." Lettenmaier y sus co-autores estudiaron 217 zonas urbanas de todo el mundo y encontró que los períodos prolongados de calor extremo aumentaron significativamente en un 48 por ciento de ellos entre 1973 y 2012. Los resultados, publicados en Environmental Research Letters, muestran que aproximadamente sólo el 2 por ciento de las zonas urbanas experimentó un descenso significativo de las olas de calor. Y el cambio fue más dramático en la noche: Casi dos tercios de las zonas urbanas mostraron un aumento significativo en la frecuencia de las noches extremadamente calientes. "El hecho de que la tendencia fue mucho más fuerte en la noche de relieve el papel del efecto de isla de calor en las zonas urbanas", dijo Lettenmaier. "El calor que se almacena en los edificios y en el asfalto, el hormigón y otros materiales de construcción, hace que la temperatura no baje tan rápido como lo haría fuera de la zona urbana. Este efecto fue probablemente agravado porque el viento ha disminuido en la mayoría de las zonas urbanas ". El estudio es uno de los primeros en centrarse únicamente en la medición de las condiciones meteorológicas extremas en las zonas urbanas a nivel mundial y en examinar las disparidades entre las zonas densamente pobladas y menos densamente pobladas. El estudio define las olas de calor como periodos en los que la temperatura máxima diaria fue más cálida que el 99 por ciento de los días para un período de cuatro décadas, y en el que esas temperaturas se mantuvieron durante un período consecutivo de seis o más días. La duración media de las olas de calor fue de ocho días. Se encontró que el promedio de las olas de calor por año aumentó en más del 50 por ciento durante el período. De los cinco años con el mayor número de olas de calor, cuatro fueron los últimos años de los que se disponía de datos: 2009, 2010, 2011 y 2012. Las zonas urbanas de América del Sur experimentaron el mayor aumento en la frecuencia de las olas de calor, seguidas en orden por los de África, Europa, India y América del Norte. @CIENCIAPLUS