MADRID, 8 Jul. (EUROPA PRESS) -
Las aguas superficiales ricas en oxígeno de los océanos están saturadas con metano -un gas de efecto invernadero 20 veces más potente que el CO2- pero se sabe poco sobre el origen de este metano.
Ahora, un nuevo estudio de la Universidad Estatal de Oregón demuestra la capacidad de algunas cepas del organismo más abundante de los océanos - la bacteria SAR11 - de generar metano como un subproducto de la descomposición de un compuesto para el fósforo del que se nutre.
Los resultados del estudio se publican esta semana en Nature Communications.
"La biogénesis anaeróbica del metano es el único proceso que se conoce para producir metano en los océanos y requiere ambientes con niveles muy bajos de oxígeno", dijo Angelicque White, investigadora en la Facultad de Ciencias de la Tierra, Océanicas y Atmosféricas de la OSU, y couatora del estudio.
"En los grandes giros centrales de los océanos Pacífico y Atlántico, las aguas superficiales tienen un montón de oxígeno de la mezcla con la atmósfera, y sin embargo, también tienen una gran cantidad de metano, de ahí el término 'paradoja metano-marina'.
"Ahora hemos aprendido que ciertas cepas de SAR11, cuando están hambrientas de fósforo, se convierten en un compuesto conocido como ácido metilfosfónico", agregó White. "Los organismos producen enzimas que pueden romper este compuesto aparte, liberando fósforo que pueden utilizar para el crecimiento y dejando atrás metano", explica.
ROMPECABEZAS
El descubrimiento es una pieza importante del rompecabezas para entender el ciclo del metano de la Tierra, dicen los científicos. Se basan en una serie de estudios realizados por investigadores de varias instituciones de todo el mundo durante los últimos años.
Desde el descubrimiento de SAR11, los científicos se han interesado por su papel en el balance de carbono de la Tierra. Ahora su posible implicación en la creación de metano da al estudio de estas bacterias nueva importancia.