MADRID, 13 Ago. (EUROPA PRESS) -
Parte del calor récord en la Tierra de 2023, casi el 20 por ciento, probablemente se debió a la reducción de las emisiones de azufre de la industria naviera mundial.
Gran parte de este calentamiento se concentró en el hemisferio norte, según concluye un trabajo dirigido por científicos del Pacific Northwest National Laboratory del Departamento de Energía de Estados Unidos, que se publica en la revista Geophysical Research Letters.
Las regulaciones puestas en vigor en 2020 por la Organización Marítima Internacional exigían una reducción de aproximadamente el 80 por ciento en el contenido de azufre del combustible para barcos utilizado a nivel mundial. Esa reducción significó que menos aerosoles de azufre fluyeron hacia la atmósfera de la Tierra.
Cuando los barcos queman combustible, el dióxido de azufre fluye hacia la atmósfera. Energizado por la luz solar, la mezcla química en la atmósfera puede estimular la formación de aerosoles de azufre. Las emisiones de azufre, una forma de contaminación, pueden causar lluvia ácida. El cambio se realizó para mejorar la calidad del aire alrededor de los puertos.
Además, al agua le gusta condensarse en estas diminutas partículas de sulfato, formando finalmente nubes lineales conocidas como huellas de barcos, que tienden a concentrarse a lo largo de las rutas de navegación marítima. El sulfato también puede contribuir a la formación de otras nubes después del paso de un barco. Debido a su brillo, estas nubes son excepcionalmente capaces de enfriar la superficie de la Tierra al reflejar la luz solar.
Los autores utilizaron un enfoque de aprendizaje automático para escanear más de un millón de imágenes satelitales y cuantificar la disminución del recuento de huellas de barcos, estimando una reducción del 25 al 50 por ciento en las huellas visibles. Donde el recuento de nubes disminuyó, el grado de calentamiento aumentó en general.
En trabajos posteriores de los autores se simularon los efectos de los aerosoles de los barcos en tres modelos climáticos y se compararon los cambios en las nubes con los cambios de nubes y temperatura observados desde 2020. Aproximadamente la mitad del calentamiento potencial de los cambios en las emisiones de los barcos se materializó en solo cuatro años, según el nuevo trabajo. En el futuro cercano, es probable que se produzca más calentamiento a medida que continúe desarrollándose la respuesta climática.
Muchos factores, desde los patrones climáticos oscilantes hasta las concentraciones de gases de efecto invernadero, determinan el cambio de temperatura global. Los autores señalan que los cambios en las emisiones de azufre no son el único factor que contribuye al calentamiento récord de 2023. La magnitud del calentamiento es demasiado significativa para atribuirse únicamente al cambio de emisiones, según sus hallazgos.
DECENSO REPENTINO DE LA CONCENTRACIÓN DE AEROSOLES
Debido a sus propiedades de enfriamiento, algunos aerosoles enmascaran una parte del calentamiento provocado por las emisiones de gases de efecto invernadero. Aunque los aerosoles pueden viajar grandes distancias e imponer un fuerte efecto sobre el clima de la Tierra, tienen una vida mucho más corta que los gases de efecto invernadero.
Cuando las concentraciones atmosféricas de aerosoles disminuyen repentinamente, el calentamiento puede aumentar. Sin embargo, es difícil estimar cuánto calentamiento puede producirse como resultado. Los aerosoles son una de las fuentes más importantes de incertidumbre en las proyecciones climáticas.
"Limpiar la calidad del aire más rápido que limitar las emisiones de gases de efecto invernadero puede estar acelerando el cambio climático", dijo en un comunicado el científico de la Tierra Andrew Gettelman, quien dirigió el nuevo trabajo.
"A medida que el mundo se descarbonice rápidamente y reduzca todas las emisiones antropogénicas, incluido el azufre, será cada vez más importante comprender cuál podría ser la magnitud de la respuesta climática. Algunos cambios podrían producirse con bastante rapidez".
El trabajo también ilustra que los cambios de temperatura en el mundo real pueden ser resultado de cambios en las nubes oceánicas, ya sea de manera incidental con el azufre asociado con los gases de escape de los barcos o con una intervención climática deliberada al agregar aerosoles sobre el océano. Pero aún quedan muchas incertidumbres. Un mejor acceso a la posición de los barcos y a datos detallados sobre las emisiones, junto con modelos que capturen mejor la posible retroalimentación del océano, podrían ayudar a fortalecer nuestra comprensión, según los autores.
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