MADDIE OVENS
MADRID, 26 Mar. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Programa Antártico Australiano han realizado estudios sísmicos en el glaciar más grande de la Antártida Oriental, revelando por primera vez una red de lagos bajo el hielo.
El equipo de investigadores internacionales pasó el verano trabajando en el enorme glaciar Totten, cerca de la estación de investigación Casey, para descubrir si hay roca o agua, como lagos subglaciales o el propio océano, debajo del hielo.
La cuenca del glaciar Totten, que tiene 30 kilómetros de ancho y un grosor de hasta dos kilómetros, tiene el potencial de elevar los niveles del mar en 7 metros, pero se necesita más investigación para predecir con precisión la velocidad a la que podría ocurrir.
El glaciólogo de la División Antártica Australiana Ben Galton-Fenzi, dijo en un comunicado que la velocidad a la que viaja el glaciar está determinada por lo que atraviesa. "Si hay roca de fondo debajo del glaciar, está pegajoso y se moverá más lentamente, pero si hay agua o sedimentos suaves, el glaciar se moverá más rápido", dijo.
"Este estudio nos ha demostrado por primera vez que hay cantidades sustanciales de agua contenida en lagos subglaciales, no muy lejos del océano, de los que sabemos muy poco".
El flujo de agua dentro y fuera de estos lagos tiene el potencial de ejercer un control poderoso sobre la velocidad con que el hielo fluye hacia los océanos. "Entonces, esta investigación es fundamental para ayudarnos a predecir cómo el derretimiento de los glaciares antárticos cambiará los océanos del mundo hacia el futuro".
El estudio sísmico involucró una serie de pequeñas explosiones a unos dos metros por debajo de la superficie del glaciar. "Estas explosiones enviaron ondas de sonido, que luego hicieron eco en diferentes capas en el hielo y la roca de fondo. Colocamos geófonos a lo largo de la superficie del glaciar para escuchar el sonido reflejado, lo que nos da una imagen de lo que hay debajo del hielo".