MADRID, 24 Nov. (EUROPA PRESS) -
Héroes de la exploración antártica han jugado un papel crucial en la investigación que sugiere que el área de hielo marino alrededor de la Antártida apenas ha cambiado de tamaño en cien años.
Se han utilizado las observaciones de hielo registradas en los diarios de navegación de exploradores como los británicos Robert Scott y Ernest Shackleton, y el alemán Erich von Drygalski, para comparar dónde estaba el borde de hielo antártico durante la Edad Heróica de la Exploración Antártica (1897-1917) y dónde los satélites muestran que está hoy.
El estudio, publicado en la revista 'European Cryptosphere', sugiere que el hielo marino antártico es mucho menos sensible a los efectos del cambio climático que el del Ártico, que en marcado contraste ha experimentado un dramático declive durante el siglo XX. La investigación, realizada por científicos del clima de la Universidad de Reading, en Reino Unido, estima que la extensión del hielo marino en verano en la Antártida es como mucho un 14 por ciento menor ahora que a principios del siglo XX.
Jonathan Day, quien dirigió el estudio, señala: "Las misiones de Scott y Shackleton son recordadas en la historia como fracasos heroicos, pero los datos recopilados por estos y otros exploradores podrían cambiar profundamente la forma en que vemos el ciclo del hielo marino antártico. "Sabemos que el hielo marino en la Antártida ha aumentado ligeramente durante los últimos 30 años, desde que comenzaron las observaciones por satélite", añade.
Los científicos han estado tratando de entender esta tendencia en el contexto del calentamiento global, pero estos nuevos hallazgos sugieren que puede no ser nada nuevo. "Si los niveles de hielo eran tan bajos hace un siglo como se estima en esta investigación, entonces un aumento similar podría haber ocurrido entre ese momento y la mitad del siglo, cuando estudios previos sugieren que los niveles de hielo eran mucho más altos", dice.
FLUCTUACIONES CLIMÁTICAS EN EL SIGLO XX
El nuevo estudio, publicado en 'The Cryosphere', arroja luz sobre la extensión del hielo marino en el periodo anterior a la década de 1930, y sugiere que los niveles en los primeros años de 1.900 eran similares a los actuales, de entre 5,3 y 7,4 millones de kilómetros cuadrados; aunque una región, el mar de Weddell, tenía una cubierta de hielo significativamente más grande.
Las estimaciones publicadas sugieren que la extensión del hielo marino antártico fue significativamente mayor durante la década de 1950, antes de que un pronunciado declive la devolvió a unos 6 millones de kilómetros cuadrados en las últimas décadas.
La investigación plantea que el clima de la Antártida puede haber fluctuado significativamente a lo largo del siglo XX, oscilando entre décadas de alta cubierta de hielo y décadas de cubierta de hielo baja, en lugar de soportar una tendencia a la baja constante. Este estudio se basa en esfuerzos internacionales para recuperar los datos meteorológicos y climáticos de los cuadernos de navegación de los buques.
Day señala: "El Océano Austral es en gran medida un 'agujero negro' en lo que respecta a los datos históricos sobre el cambio climático, pero las futuras actividades planeadas para recuperar datos de barcos navales y balleneros nos ayudarán a entender las variaciones climáticas pasadas y qué esperar en el futuro".
El capitán Scott murió junto con su equipo en 1912 después de perderse por ser el primero en llegar al Polo Sur en cuestión de semanas, mientras que el buque de Shackleton se hundió después de quedar atrapado en el hielo en 1915 mientras él y su tripulación viajaban para intentar la primera caminata antártica.
Además de utilizar los diarios de navegación de tres expediciones dirigidas por Scott y dos por Shackleton, los científicos emplearon registros de hielo marino de misiones belgas, alemanas y francesas, entre otros. Pero el equipo no pudo analizar algunos cuadernos de registro del periodo de la Edad Heroica, que aún no han sido capturados ni digitalizados, como los expedientes de la expedición antártica noruega de 1910-12 conducida por Roald Amundsen, la primera persona en alcanzar ambos polos, del sur y del norte.