MADRID, 3 Abr. (EUROPA PRESS) -
La vegetación desempeña un papel dominante en el ciclo del agua de la Tierra y las plantas regularán y dominarán el estrés cada vez mayor sobre los recursos hídricos continentales en el futuro.
Es el pronóstico de un estudio dirigido por Pierre Gentine, profesor asociado de Ingeniería Ambiental y de la Tierra en Columbia Engineering y el Earth Institute, se publica en 'Proceedings of the National Academy of Sciences'.
"Nuestro hallazgo de que la vegetación desempeña un papel clave en la respuesta hidrológica terrestre y el estrés hídrico es de suma importancia para predecir adecuadamente la sequedad y los recursos hídricos", dice Gentine en un comunicado, cuya investigación se centra en la relación entre hidrología y ciencia atmosférica, interacción tierra/atmósfera y su impacto en el cambio climático. "Esto podría ser un verdadero cambio en el juego para comprender los cambios en el estrés hídrico continental que se avecinan en el futuro", añade.
El equipo de Gentine es el primero en aislar la respuesta de la vegetación de la respuesta compleja total del calentamiento global, que incluye variables tales como la evapotranspiración (el agua evaporada de la superficie, tanto de las plantas como del suelo), la humedad del suelo y la escorrentía. Al desentrañar la respuesta de la vegetación al aumento global de CO2 a partir de la respuesta atmosférica (gases de efecto invernadero), pudieron cuantificarla y descubrieron que la vegetación en realidad es el factor dominante que explica el estrés hídrico futuro.
LAS PLANTAS, EL TERMOSTATO DEL MUNDO
"Las plantas son realmente el termostato del mundo", dice el autor principal del artículo, Léo Lemordant, estudiante de doctorado de Gentine. "Están en el centro del agua, la energía y los ciclos del carbono. A medida que absorben el carbono de la atmósfera para prosperar, liberan el agua que toman de la tierra. Al hacerlo, también se enfrían en la superficie, controlando la temperatura que todos sentimos. Ahora, sabemos que principalmente las plantas, no simplemente la precipitación o la temperatura, nos dirá si viviremos un mundo más seco o más húmedo", añade.
Para el estudio, Gentine y Lemordant tomaron modelos del sistema terrestre con respuestas de CO2 desacopladas (fisiología de la vegetación) y atmosféricas (radiativas) y utilizaron un análisis estadístico multimodelo de CMIP5, el conjunto más reciente de experimentos coordinados sobre modelos climáticos establecidos como un proyecto de cooperación para el Panel Internacional sobre Cambio Climático. Utilizaron tres carreras: una prueba de control con CO2 a nivel de hoja y en la atmósfera, donde solo la vegetación responde a un aumento de CO2, y un lugar donde solo la atmósfera responde al aumento de CO2.
Sus resultados mostraron que los cambios en las variables clave de estrés hídrico están fuertemente modificados por los efectos fisiológicos de la vegetación en respuesta al aumento de CO2 a nivel foliar, lo que demuestra cómo de profundamente afectan los efectos fisiológicos debido al aumento de CO2 atmosférico al ciclo del agua. La respuesta fisiológica del CO2 tiene un papel dominante en la evapotranspiración y posee un efecto importante sobre el escurrimiento a largo plazo y la humedad del suelo en comparación con los cambios radiactivos o de precipitación debidos al aumento del CO2 atmosférico.
Este estudio destaca el papel clave de la vegetación en el control de la respuesta hidrológica terrestre futura y enfatiza que los ciclos continentales de carbono y agua están íntimamente relacionados con la tierra y deben estudiarse como un sistema interconectado. También pone énfasis en que los hidrólogos deberían colaborar con ecologistas y científicos climáticos para predecir mejor los recursos hídricos futuros.
"Los efectos fisiológicos de la biosfera y las interacciones biosfera-atmósfera relacionadas son clave para predecir el estrés hídrico continental futuro como lo representa la evapotranspiración, la escorrentía a largo plazo, la humedad del suelo o el índice del área foliar --dice Gentine--. A su vez, el estrés hídrico de la vegetación regula en gran medida la absorción de carbono de la tierra, enfatizando aún más cuán estrechamente se combinan los futuros ciclos de carbono y agua para que no se puedan evaluar de forma aislada".
Gentile y Lemordant planean desenredar aún más los diversos efectos fisiológicos. "La respuesta de la vegetación en sí misma es compleja --relata Gentine-- y queremos descomponer el impacto del crecimiento de la biomasa frente a la respuesta estomática. También hay implicaciones para eventos extremos de ola de calor en los que estamos trabajando actualmente".