MADRID, 4 May. (EUROPA PRESS) - Un estudio de la Universidad de Connecticut ha evaluado la extinción de especies asociada al calentamiento global de acuerdo con su intensidad futura. En general, el estudio predice una tasa de extinción de especies de casi un 3 por ciento sobre la base de las condiciones actuales, que prevén un aumento en el entorno de 2 grados de las temperaturas para 2100. Si la Tierra se calentase 3 grados, el riesgo de extinción se elevaría al 8,5 por ciento de las especies. Y si el cambio climático terminase produciendo un aumento de 4,3° grados Celsius en la temperatura para el año 2100, esto significaría una tasa de extinción del 16 por ciento. En un meta-análisis publicado en 'Science', basado en datos de estudios publicados anteriormente, Mark Urban, profesor en la Universidad de Connecticut de Ecología y Biología Evolutiva, concluye que los pronósticos de aumento futuro de la temperatura global amenazarán hasta a una de cada seis especies, si las políticas climáticas actuales no se modifican. Si bien se han realizado numerosos estudios sobre cómo las especies individuales pueden verse afectadas por el cambio climático, la investigación de Urban es la primera en adoptar un enfoque holístico. "Podemos mirar a través de todos los estudios y utilizar la sabiduría de muchos científicos", dice Urban. "Cuando nos ponemos todos juntos podemos darnos cuenta de la incertidumbre en cada enfoque, y buscar patrones comunes y entender cómo los moderadores de cada tipo de estudio afectan a los resultados." Alrededor del 60 por ciento de los estudios sobre los efectos del cambio climático se han centrado en América del Norte y Europa. Sin embargo, América del Sur, Australia, y Nueva Zelanda están en mayor riesgo de pérdida de especies, dice Urban. El riesgo en América del Sur, Australia y Nueva Zelanda es particularmente problemático porque esos continentes tienen rangos climáticos únicos y muchas de sus especies nativas tienen un alcance limitado en el que puedan sobrevivir. Algunas de las especies nativas con rangos más pequeños, como los anfibios y reptiles, se enfrentan a un 6 por ciento mayor riesgo de extinción que las especies no nativas que comparten actualmente su espacio.