MADRID, 14 Ene. (EUROPA PRESS) -
Una 'fiebre del oro' global ha llevado a un aumento significativo de la deforestación en los bosques tropicales de América del Sur, dice un estudio en 'Environmental Research Letters'. Pone de relieve el creciente impacto ambiental de la minería de oro en algunas de las regiones más biológicamente diversas de los trópicos.
Investigadores de la Universidad de Puerto Rico han demostrado que entre 2001 y 2013, se perdieron alrededor de 1.680 km2 de bosque tropical en América del Sur como consecuencia de la extracción de oro. Además, alrededor del 90 por ciento de esta pérdida de bosques se produjo en sólo cuatro áreas y una gran parte en las cercanías de las áreas de conservación.
"A pesar de que la pérdida de bosques por culpa de la minería es de menor magnitud que la deforestación causada por otros usos de la tierra, como la agricultura o el pastoreo, se está produciendo deforestación por la minería en algunas de las regiones con mayor diversidad biológica en los trópicos. Por ejemplo, en la región Madre de Dios en Perú, una hectárea de bosque puede contener hasta 300 especies de árboles", explica la autora principal de la investigación, Nora L. Álvarez-Berríos.
Impulsada por el consumo personal y la incertidumbre en los mercados financieros mundiales, la producción mundial de oro ha aumentado para satisfacer la creciente demanda, pasando de alrededor de 2.445 toneladas métricas en 2000 a alrededor de 2.770 toneladas métricas en 2013. La mayor demanda de oro ha ido acompañada de un aumento dramático en el precio del oro, desde 250 dólares/onza en el año 2000 a 1.300 dólares/onza en 2013.
Esto ha estimulado nuevas actividades de extracción de oro de todo el mundo y ha hecho factible minas de oro en áreas que antes no eran rentables para la minería, como depósitos por debajo de los bosques tropicales. Todo ello puede llevar a una gran pérdida de bosques e impactos ambientales y ecológicos graves por la eliminación de la vegetación, la puesta a punto de carreteras y ferrocarriles para el acceso y la creación de asentamientos organizados.
Algunos de los impactos a largo plazo incluyen que la vegetación no vuelva a crecer, el cambio de los patrones de lluvia, la pérdida permanente de la biodiversidad y una liberación de CO2 a la atmósfera. En su estudio, los investigadores trataron de cuantificar el impacto de las minas de oro en los bosques tropicales mediante la creación de una base de datos geográfica que destacó la ubicación de las minas recién desarrolladas entre 2000 y 2013.
Entonces, se cruzó la base de datos con mapas anuales de cobertura del suelo que muestran el cambio de la cubierta forestal en el mismo periodo. El estudio abarcó el bioma de bosques tropicales y subtropicales de América del Sur por debajo de 1.000 m, que comprende Colombia, Venezuela, Guyana, Surinam, Guayana Francesa, Brasil, Ecuador, Perú y Bolivia.
Los resultados mostraron que durante el periodo de 13 años, el 89 por ciento de la pérdida de bosques se produjo en sólo cuatro regiones: la ecorregión de los bosques húmedos de Guayana; la ecorregión de bosque húmedo del Sudoeste de la Amazonia; la ecorregión de bosque húmedo Tapajós-Xingú; y la región Urabá del valle del río Magdalena.
Aunque había poca deforestación dentro de las áreas de protección estricta, alrededor de un tercio del total de la deforestación se produjo en una zona de defensa de 10 km alrededor de estas áreas y, por lo tanto, hizo que las áreas fueran susceptibles a los efectos nocivos de los contaminantes químicos que se dispersan de una zona minera.
"Para disminuir la cantidad de deforestación que se está produciendo como consecuencia de la extracción de oro en los bosques tropicales, es importante que se cree conciencia entre los consumidores de oro para comprender los impactos ambientales y sociales de la compra de joyas de oro o de la inversión en oro. "Es importante también fomentar formas más responsables de extracción de oro, ayudando a los mineros a extraer de una manera más eficiente para reducir la invasión en los bosques", concluye Álvarez-Berríos.
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