MADRID, 24 Ago. (EUROPA PRESS) -
Científicos de la Universidad de Uppsala (Suecia) han presentan el primer análisis global de la variación genómica de las abejas. Los resultados muestran un nivel sorprendentemente alto de diversidad genética en las abejas e indican que esta especie se originó más probablemente en Asia que en África, como se pensaba anteriormente.
La abeja melífera ('Apis mellifera') es de crucial importancia para la humanidad puesto que un tercio de los alimentos depende de la polinización de frutas, frutos secos y verduras por parte de las abejas y otros insectos. Por ello, grandes pérdidas de colonias de abejas en los últimos años son una causa importante de preocupación.
En concreto, las abejas se enfrentan a amenazas por las enfermedades, el cambio climático y prácticas de gestión. Para combatir estos peligros para esta especie, es importante entender la historia evolutiva de las abejas y cómo se adaptan a los diferentes ambientes en todo el mundo.
"Hemos utilizado tecnología de última generación sobre genómica para responder a estas preguntas y hemos identificado altos niveles de diversidad genética en las abejas. A diferencia de otras especies domésticas, la gestión de las abejas parece tener mayores niveles de variación genética por mezclar abejas de diferentes partes del mundo. Los resultados también pueden indicar que los altos niveles de endogamia no son una causa principal de la pérdida global de colonias", detalla Matthew Webster, investigador del Departamento de Bioquímica Médica y Microbiología de la Universidad de Uppsala.
Otro resultado inesperado fue que las abejas parecen derivar de un antiguo linaje de abejas que anidan en cavidades que llegaron de Asia hace unos 300.000 años y se extendieron rápidamente a través de Europa y África, un planteamiento que está en contraste con investigaciones anteriores que sugieren que las abejas son originarias de África.
"El árbol de la evolución que se construyó a partir de secuencias del genoma no admite un origen en África, lo que nos da una nueva visión sobre cómo las abejas se extendieron y se adaptaron a los hábitats en todo el mundo", añade Matthew Webster.
EL CAMBIO CLIMÁTICO, UN ENEMIGO HISTÓRICO
Además, se vio que el cambio climático ha afectado de manera importante a las poblaciones de abejas históricamente. "Las poblaciones de Europa parecen haberse reducido durante las edades de hielo, mientras que las africanas se han expandido en esos momentos, lo que sugiere que las condiciones ambientales eran más favorables", argumenta.
Los investigadores de este nuevo trabajo sobre el genoma de las abejas también identificaron mutaciones específicas en genes importantes para la adaptación a factores como el clima y los agentes patógenos, incluidos los que participan en la morfología, el comportamiento y la inmunidad innata.
"El estudio proporciona nuevos conocimientos sobre la evolución y la adaptación genética y establece un marco para la investigación de los mecanismos biológicos que están detrás de la resistencia a enfermedades y la adaptación al clima, conocimientos que podrían ser vitales para la protección de las abejas en un mundo que cambia rápidamente", concluye Webster.