MADRID, 8 Abr. (EUROPA PRESS) -
Los gases utilizados para anestesiar a los pacientes de cirugía se están acumulando en la atmósfera de la Tierra, donde hacen una pequeña contribución al cambio climático.
Científicos informan que han detectado los compuestos lugares tan lejanos de un hospital como la Antártida. Durante la última década, las concentraciones de anestésicos como desflurano, isoflurano y sevoflurano han ido en aumento a nivel mundial, según el nuevo estudio.
Al igual que el bien conocido dióxido de carbono, los gases de anestesia permiten a la atmósfera almacenar más energía del Sol. Pero a diferencia de dióxido de carbono, los gases medicinales son extra potentes en sus efectos de gases de efecto invernadero.
Un kilo de desflurano, por ejemplo, equivale a 2.500 kilos de dióxido de carbono en términos de potencial de calentamiento de efecto invernadero, explicó Martin Vollmer, químico atmosférico en los Laboratorios Federales Suizos para la Ciencia de Materiales y Tecnología en Dubendorf, Suiza, que dirigió el estudio.
En un nuevo artículo científico, Vollmer y sus colegas informan que en 2014 la concentración atmosférica de desflurano era de 0,30 partes por trillón (ppt). El isoflurano, sevoflurano y halotano llegaron a 0.097 ppt, 0,13 ppt y 0,0092 ppt, respectivamente. El dióxido de carbono - que llega a 400 partes por millón en 2014 -es mil millones de veces más abundante que el más frecuente de estos anestésicos.
El equipo no incluye el óxido nitroso, común en la anestesia, ya que tiene muchas fuentes distintas a los anestésicos. Los hallazgos se han publicado en línea en la revista Geophysical Research Letters, una revista de la Unión Geofísica Americana.
MUESTRAS DESDE EL AÑO 2000
Los investigadores recopilaron muestras de aire desde sitios remotos en el hemisferio norte desde 2000, así como a bordo del buque de investigación Araon durante una expedición en el Pacífico Norte en 2012 y en la estación antártica de Corea del Sur King Sejong en Islas Shetland del Sur. También han estado siguiendo los anestésicos desde 2013 en mediciones en un observatorio de gran altitud en Jungfraujoch, Suiza, y de muestreo de aire desde una azotea en un suburbio de Zurich, Suiza.
Para activar estas muestras de aire en sus estimaciones globales de emisiones, los datos se combinaron con un modelo de ordenador de dos dimensiones de transporte atmosférico y química. Los resultados son los primeros llamados estimaciones de arriba hacia abajo - sobre la base de mediciones atmosféricas reales - de cuántas toneladas métricas de cada anestésico fueron liberados a la atmósfera en 2014.
Ahora se pueden comparar con las estimaciones de abajo hacia arriba de otros investigadores, que estiman las concentraciones atmosféricas en función de factores tales como la cantidad de cada gas que se vende anualmente, cuánto normalmente escapa a través de los respiraderos del quirófano y cuánto no se metaboliza por los pacientes.
Aunque los anestésicos son pequeños responsables en las emisiones globales de gases de efecto invernadero de origen humano, son un asunto de creciente preocupación para muchos en la industria de la salud.
"Genera un 8 por ciento de los gases de efecto invernadero de los Estados Unidos, según un estudio. Añadir a esto el hecho de que el cambio climático ha sido reconocido por la Organización Mundial de la Salud como el problema número uno de salud del siglo 21, nos corresponde hacer un mejor trabajo con las emisiones", dice Jodi Sherman, anestesióloga de la Yale University School of Medicine.