MADRID, 18 May. (EUROPA PRESS) -
El remanente de la plataforma de hielo Larsen B, que se derrumbó parcialmente en 2002 en la Antártida, se debilita rápidamente y es probable que quede troceada en icebergs al final de la década.
Un equipo dirigido por Ala Khazendar del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, California, encontró que los restos de la plataforma de hielo Larsen B están cada vez más fragmentados y muestran grandes grietas. Dos de sus glaciares tributarios también están fluyendo más rápido y adelgazan a gran velocidad.
"Estas son señales de advertencia de que el remanente se está desintegrando", dijo Khazendar. "Aunque es fascinante científicamente tener un asiento en primera fila para ver cómo esta plataforma de hielo se vuelve inestable, es una mala noticia para nuestro planeta. Esta plataforma de hielo ha existido por lo menos hace 10.000 años, y pronto se habrá ido".
Las plataformas de hielo son los guardianes de los glaciares que fluyen desde la Antártida hacia el océano. Sin ellos, el hielo glacial entra en el océano más rápido y se acelera el ritmo de la subida global del nivel del mar. Este estudio, el primero en examinar exhaustivamente el estado del remanente de la Larsen B y los glaciares que desembocan en ella, se ha publicado en línea en la revista Earth and Planetary Science Letters.
El equipo de Khazendar utiliza datos sobre elevaciones de la superficie de hielo y las profundidades del lecho rocoso de aviones que participarn en la Operación IceBridge de la NASA, una campaña de estudio aéreo de varios años con documentación sin precedentes de los glaciares de la Antártida, las plataformas de hielo y capas de hielo. Los datos sobre las velocidades de flujo vinieron de radares de apertura sintética en satélites espaciales que operan desde 1997.
Khazendar señaló que su estimación de vida del del remanente se basó en el escenario probable de un enorme y cada vez mayor distanciamiento formado cerca de la línea de conexión a tierra de la plataforma de hielo. El remanente de libre flotación se romperá en cientos de icebergs que quedarán a la deriva y los glaciares se acele arán porque ya no habrá obstáculos en su camino al mar.
Situado en la costa de la Península Antártica, el remanente de Larsen B tiene aproximadamente 1.600 kilómetros cuadrados de superficie y unos 500 metros de espesor en su punto más grueso. Sus tres principales glaciares tributarios son alimentados por sus propios afluentes más tierra adentro.
"Lo que es realmente sorprendente acerca de Larsen B es la rapidez con que se llevan a cabo los cambios", dijo Khazendar. "El cambio ha sido implacable."
Los principales glaciares tributarios del remanente se nombran Leppard, Flask y Starbuck - estos dos últimos en recuerdo a personajes de la novela Moby Dick. Los espesores de los glaciares y las velocidades de flujo cambiaron sólo ligeramente en el primer par de años después del colapso de 2002, lo que lleva a los investigadores a suponer que se mantuvieron estables. El nuevo estudio reveló, sin embargo, que Leppard y Flask han adelgazado de 20 a 22 metros y acelerado considerablemente en los años intermedios. La parte de más rápido movimiento del glaciar Flask había acelerado el 36 por ciento en 2012 a una velocidad de flujo de 700 metros en un año.
La aceleración del Flask, mientras que el resto se ha ido debilitando, puede ser sólo un adelanto de lo que va a pasar cuando el remanente se rompa por completo. Después del colapso de 2002, los glaciares detrás de la parte derrumbada de la plataforma aceleraron su flujo ocho veces.