Sismómetro durante el confinamiento - Real Observatorio de Bélgica
MADRID, 15 Abr. (EUROPA PRESS) -
Las vibraciones y el ruido de fondo que soportan los sismógrafos debido a la actividad humana ha caído un 30 por ciento desde que se impusieron los confinamientos generalizados en países de todo el mundo donde se encuentran las estaciones de medición, debido a la pandemia del COVID-19
En otras palabras, hay mucha menos actividad humana en nuestro planeta, y esto ha llevado a una caída detectable en la actividad sísmica.
Aunque una sola pisada o un camión solitario que retumba por la carretera no es exactamente una sacudida de la tierra, las vibraciones combinadas de millones de pies y ruedas pueden ser detectadas por los sismógrafos más sensibles del mundo, lo que se suma a un zumbido continuo de fondo en los detectores: un ruido que se ha reducido en más de un treinta por ciento, según los científicos del Observatorio Real de Bélgica en Bruselas y el Instituto de Tecnología de California en Pasadena.
Esta reducción generalmente solo se ve alrededor de las vacaciones de Navidad y durante un tiempo mucho más breve. Pero desde los cierres de mediados de marzo en todo el mundo, la Tierra es un poco menos ruidosa, informa Universe Today.
Sin embargo, no todas las estaciones verán un cambio tan dramático. Los sismógrafos ubicados más allá de los centros urbanos y / o enterrados bajo tierra ya están bien aislados de todo ese ajetreo de fondo. Pero la reducción del ruido relacionado con los humanos significa que las estaciones basadas en la ciudad ahora pueden captar las señales mucho más débiles.
Los datos más limpios en las estaciones de sismógrafos urbanos permiten a los científicos estudiar temblores más débiles en la corteza terrestre, y podrían conducir a una mejor comprensión de todo, desde la actividad volcánica hasta los cambios en la capa freática de la Tierra, un efecto secundario inesperado de una buena parte de la humanidad que tiene trabajar desde casa.