MADRID, 6 Abr. (EUROPA PRESS) -
Los suelos del mundo podrían almacenar un extra de 8.000 millones de toneladas de gases de efecto invernadero, ayudando a limitar los efectos del cambio climático, según sugiere una nueva investigación.
La adopción de las últimas tecnologías y prácticas sostenibles de uso del suelo a escala global podría permitir que se almacenen más emisiones en campos de cultivo y espacios naturales silvestres, según el estudio.
La producción de cultivos con sistemas de raíces profundas, usando abono a base de carbón vegetal y la aplicación de prácticas de agricultura sostenible podría ayudar a los suelos a retener el equivalente de alrededor de cuatro quintas partes de las emisiones anuales liberadas por la quema de combustibles fósiles, dicen los autores de este trabajo.
Hasta ahora, se ha pasado en gran medida por alto el papel que podrían desempeñar los suelos en los esfuerzos por combatir el cambio climático, debido a la falta de instrumentos de supervisión eficaces, según pone como ejemplo un equipo de científicos, incluyendo investigadores de las universidades de Aberdeen y Edimburgo, en Escocia. Los recientes avances en la tecnología han permitido a los científicos saquen todo su potencial.
Esfuerzos coordinados con científicos, políticos y usuarios de la tierra son la clave para lograr un incremento significativo en el almacenamiento del suelo de gases de efecto invernadero, según los investigadores. Deben proporcionarse recursos para ayudar a reducir el impacto medioambiental de las explotaciones, añaden estos expertos.
A su juicio, iniciativas basadas en la comunidad ayudarían a superar las barreras culturales, las cuestiones de financiación y los retos de monitorización para lograr un aumento global de la absorción por parte del suelo. Esquemas, como 'Cool Farm Tool', una calculadora gratis online de gases de efecto invernadero para los productores de cultivos, puede ayudar a los agricultores a medir, gestionar y reducir las emisiones de sus tierras.
La investigación previa muestra que los suelos actualmente encierran alrededor de 2,4 billones de toneladas de gases de efecto invernadero, que se almacenan bajo tierra como materia orgánica estable.
El nuevo trabajo, publicado en 'Nature', recibió fondos del Consejo de Investigación del Medio Ambiente Natural y se llevó a cabo en colaboración con la Universidad del Estado de Colorado, la Universidad de Cornell y la Universidad del Estado de Michigan, todas ellas en Estados Unidos.
LOS SUELOS YA ALMACENAN GRANDES CANTIDADES DE CO2
El profesor David Reay, de la Escuela de Geociencias de la Universidad de Edimburgo, subraya: "En la lucha por evitar un cambio climático peligroso en el siglo XXI, necesitamos aliados de peso pesado. Uno de los más poderosos está justo debajo de nuestros pies. Los suelos son ya enormes almacenes de carbono, y una mejor gestión puede hacerlos aún más grandes".
"Demasiado tiempo han sido pasados por alto como un medio para luchar contra el cambio climático. Demasiado a menudo hay problemas para mediciones exactas y los informes han obstaculizado el progreso hacia la gestión del suelo climáticamente inteligente. Con el aumento de la disponibilidad de 'grandes datos' en los suelos de todo el mundo, junto a rápidas mejoras en la comprensión y la modelización, ha llegado el momento de que este gran 'hit' entre en el ring", añade.
El profesor Pete Smith, de la Universidad de Aberdeen, subraya: "Se ha pasado por alto suelos probablemente porque no se puede ver las grandes cantidades de carbono que contienen, mientras que se pueden ver árboles que crecen y cada vez más grandes. También es difícil medir fácilmente los cambios en el carbono del suelo, ya que los cambios son lentos y estamos tratando de medir un cambio pequeño frente a un gran fondo".
"Pero después del Año Internacional de los Suelos que se celebró en 2015 y la iniciativa del Gobierno Francés para aumentar las reservas de carbono del suelo para combatir el cambio climático acordado en la cumbre del clima de París el pasado diciembre, los suelos están ahora firmemente en la agenda del cambio climático", concluye