Abeja melífera - WIKIPEDIA
MADRID, 7 Dic. (EUROPA PRESS) -
Durante décadas, los científicos han debatido acaloradamente el origen de la abeja melífera occidental. Un nuevo estudio zanja el debate concluyendo que su origen más probable es Asia.
Desde allí, la abeja melífera occidental ('Apis mellifera') se expandió de forma independiente hacia África y Europa, creando siete linajes evolutivos separados, geográfica y genéticamente, que se remontan a Asia occidental, según una nueva investigación dirigida por la Universidad de York, en Canadá, cuyos resultados se publican en Science Advances.
La abeja melífera occidental se utiliza para la polinización de cultivos y la producción de miel en la mayor parte del mundo, y tiene una notable capacidad para sobrevivir en entornos muy diferentes: desde la selva tropical, pasando por entornos áridos, hasta regiones templadas con inviernos fríos. Es nativa de África, Europa y Asia, y recientemente se creía que era originaria de África.
El equipo de investigación secuenció 251 genomas de 18 subespecies del área de distribución nativa de la abeja de la miel y utilizó estos datos para reconstruir el origen y el patrón de dispersión de las abejas de la miel. El equipo descubrió que los datos genéticos apoyaban firmemente un origen asiático, probablemente Asia occidental.
"Como uno de los polinizadores más importantes del mundo, es esencial conocer el origen de la abeja melífera occidental para comprender su evolución, su genética y su adaptación a la hora de propagarse", afirma el autor correspondiente, el profesor Amro Zayed, de la Facultad de Ciencias de la Universidad de York.
El estudio también destaca que el genoma de la abeja tiene varios "puntos calientes" que permitieron a las abejas melíferas adaptarse a nuevas zonas geográficas. Aunque el genoma de las abejas tiene más de 12.000 genes, sólo 145 de ellos presentan firmas repetidas de adaptación asociadas a la formación de todos los principales linajes de abejas melíferas que se encuentran en la actualidad.
"Nuestra investigación sugiere que un conjunto básico de genes permitió a la abeja melífera adaptarse a un conjunto diverso de condiciones ambientales en su área de distribución nativa, regulando el comportamiento de las obreras y de la colonia", afirma la estudiante de doctorado de la Universidad de York Kathleen Dogantzis, de la Facultad de Ciencias, que dirigió la investigación.
Esta adaptación también ha permitido el desarrollo de unas 27 subespecies diferentes de abejas melíferas. "Es importante entender cómo las subespecies adaptadas localmente y la selección a nivel de colonia de las abejas obreras contribuyen a la aptitud y la diversidad de las colonias gestionadas", dice Dogantzis.
La secuenciación de estas abejas también permitió descubrir dos linajes distintos, uno en Egipto y otro en Madagascar.
Los investigadores esperan que su estudio deje por fin de lado la cuestión de la procedencia de la abeja melífera occidental, de modo que las investigaciones futuras puedan profundizar en su adaptación a distintos climas y zonas geográficas.