Recreación de aves no voladoras extintas - SAYOL ET AL./SCIENCE ADVANCES
MADRID, 3 Dic. (EUROPA PRESS) -
En la actualidad habría al menos cuatro veces más especies de aves no voladoras en la Tierra si no fuera por las influencias humanas, según un estudio dirigido por el University College de Londres (UCL).
El estudio, publicado en 'Science Advances', encuentra que la falta de vuelo evolucionó con mucha más frecuencia entre las aves de lo que se esperaría si solo observara las especies actuales.
Los investigadores dicen que sus hallazgos muestran cómo las extinciones provocadas por los humanos han sesgado nuestra comprensión de la evolución.
El autor principal, el doctor Ferran Sayol, del Centro de Investigación sobre Biodiversidad y Medio Ambiente de la UCL y Universidad de Gotemburgo (Suecia) señala que "los impactos humanos han alterado sustancialmente la mayoría de los ecosistemas en todo el mundo y han provocado la extinción de cientos de especies animales".
"Esto puede distorsionar los patrones evolutivos --añade--, especialmente si las características que se están estudiando, como la falta de vuelo en las aves, hacen que las especies sean más vulnerables a la extinción. Obtenemos una imagen sesgada de cómo ocurre realmente la evolución".
Para el estudio, los investigadores compilaron una lista exhaustiva de todas las especies de aves que se sabe que se han extinguido desde el surgimiento de los humanos. Identificaron 581 especies de aves que se extinguieron desde el Pleistoceno tardío (hace 126.000 años) hasta el presente, casi todas las cuales probablemente se debieron a influencias humanas.
Los fósiles u otros registros muestran que 166 de estas especies extintas carecían de la capacidad de volar. Solo 60 especies de aves no voladoras sobreviven hoy.
Las aves que no pueden volar eran mucho más diversas de lo que habían supuesto estudios anteriores, muestra la nueva investigación. Los hallazgos también confirman que las especies no voladoras también tenían muchas más probabilidades de extinguirse que las especies que podían volar.
El coautor, el profesor Tim Blackburn, del Centro de Investigación sobre Biodiversidad y Medio Ambiente de la UCL y el Instituto de Zoología (ZSL), apunta que "muchas especies de aves pueden volverse no voladoras en entornos sin sus depredadores habituales, por ejemplo en las islas. Volar consume mucha energía que las aves pueden usar para otros propósitos si no necesitan volar, pero desafortunadamente, esto las convierte en presas más fáciles si los humanos, y sus ratas y gatos asociados, aparecen de repente".
"La extinción ha sido el resultado con demasiada frecuencia, y es probable que continúe, ya que las aves no voladoras están sobrerrepresentadas, en comparación con las especies de aves, en las listas mundiales de animales amenazados", continúa.
Los investigadores informan que la mayoría de los grupos de islas en todo el mundo tenían aves no voladoras antes de la llegada de los humanos, ocupando nichos ecológicos que de otro modo habrían sido ocupados por mamíferos, con puntos calientes particulares en Nueva Zelanda (26 especies como el moa extinto) y Hawai (23 especies, todas extintos, como el ganso no volador).
Agregar aves extintas a la imagen global de la diversidad de aves revela que la falta de vuelo evolucionó en las aves al menos cuatro veces más a menudo de lo que esperaríamos si solo observáramos aves vivas.
El doctor Sayol apunta que el estudio "muestra que la evolución de las aves no voladoras es un fenómeno generalizado. Hoy en día, la mayoría de las especies no voladoras son pingüinos o avestruces y sus parientes. Ahora, solo 12 familias de aves tienen especies no voladoras, pero antes de que los los humanos causaran extinciones el número era al menos 40. Sin esas extinciones estaríamos compartiendo el planeta con búhos, pájaros carpinteros e ibis no voladores, pero todos estos ahora han desaparecido, lamentablemente", concluye.