Tortuga en el desierto de Mojave - BRAD SHAFFER/UCLA
MADRID, 27 Nov. (EUROPA PRESS) -
Los animales con mayor variación genética tienen muchas más probabilidades de sobrevivir después de su reubicación, según un estudio realizado en tortugas del desierto amenazadas.
Un experimento masivo no intencionado de conservación animal realizado en el seco valle Ivanpah de Nevada, al sureste de Las Vegas, ha revelado este resultado inesperado a favor del traslado de especies para su preservación. Los hallazgos se publican en Science.
De 1997 a 2014, el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos trasladó más de 9.100 tortugas del desierto de Mojave al Large Scale Translocation Site, de 100 kilómetros cuadrados. Los recién llegados, muchos de los cuales eran mascotas abandonadas o habían sido desplazados por el desarrollo, se unieron a las casi 1.500 tortugas del desierto que ya vivían allí.
La sabiduría convencional sugeriría que las tortugas de las áreas más cercanas al lugar del traslado serían las mejores. Pero el nuevo estudio no encontró conexión entre el lugar de origen de las tortugas y sus posibilidades de supervivencia. En cambio, descubrió un predictor mucho mejor.
Las tortugas con mucha variación genética tenían muchas más probabilidades de sobrevivir después de su reubicación, revela el ecólogo conservacionista de UCLA Brad Shaffer, autor principal del estudio. Como la mayoría de los organismos, las tortugas tienen dos copias de todo su genoma, una copia de cada progenitor. Cuanto más difieren esas copias entre sí, mayor es la heterocigosidad del organismo.
Los investigadores compararon tortugas trasladadas que vivieron o murieron durante el mismo período de tiempo después de ser reubicadas en el sitio. Descubrieron que los supervivientes tenían en promedio un 23% más de heterocigosidad que los que perecieron. En pocas palabras, las tortugas con más variación genética tenían tasas de supervivencia más altas.
"Va en contra de lo que sabemos de otros estudios de translocación, pero mucha variación genética fue sin duda el mejor predictor de si una tortuga vivió o murió", añade en un comunicado Shaffer, profesor de ecología y biología evolutiva y director del Centro La Kretz de UCLA para la Ciencia de la Conservación de California.
"La reubicación de plantas y animales en peligro es cada vez más necesaria para contrarrestar los efectos del cambio climático, y esto nos da una nueva herramienta para aumentar las tasas de supervivencia", prosigue.
Aunque la relación entre heterocigosidad y supervivencia fue bien apoyada por el estudio, no está claro por qué una mayor variación genética está relacionada con las tasas de supervivencia, dijo el exbecario postdoctoral de UCLA Peter Scott, autor principal del estudio.
"Potencialmente, los individuos con mayor heterocigosidad tienen más flexibilidad genómica --señala Scott, ahora profesor asistente en la Universidad West Texas A&M--. Es probable que las tortugas con más variación tengan más posibilidades de tener una copia de un gen que funcione realmente bien en entornos estresantes o nuevos en comparación con aquellos individuos con dos copias idénticas que solo funcionan realmente bien en su entorno de origen".
Los investigadores querían que los esfuerzos de conservación de las tortugas fueran más efectivos y descubrir tendencias que también ayudarían a otras especies, explica Scott.
"A menudo, las posibilidades de éxito de la reubicación de plantas o animales son bastante pésimas --añade--. Queríamos entender por qué y utilizar ese conocimiento para aumentar la supervivencia".
A lo largo de los años, las tortugas que fueron entregadas como mascotas o retiradas de lugares como desarrollos en los suburbios de Las Vegas y granjas solares en el desierto, fueron entregadas al Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos.
La agencia tomó muestras de sangre para detectar enfermedades y marcó a cada animal antes de liberarlos en el sitio del Valle de Ivanpah, lo que permitió rastrear a los animales en encuestas posteriores. Los investigadores de UCLA secuenciaron muestras de sangre extraídas de 79 tortugas que fueron liberadas y se sabía que estaban vivas en 2015, y de otras 87 que se sabe que murieron después de ser liberadas.
Aunque el sitio de traslado a gran escala proporcionó un conjunto de datos intrigante, no es lo mismo que un experimento controlado. Se necesitarían estudios adicionales para comprender por qué más tortugas heterocigotas tenían una mayor probabilidad de supervivencia y precisamente cuánto aumento en la variación genética mejora las probabilidades de supervivencia de una tortuga.
"La única razón por la que pudimos hacer este estudio fue porque el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos fue increíblemente progresista cuando estableció el sitio de translocación y rastreó quiénes vivieron y murieron --relata Shaffer--. Muchos murieron, y nadie estaba satisfecho con eso. Pero podemos aprender mucho de ese resultado desafortunado para ayudar a mejorar la gestión de la conservación".
"Cuando pensamos en sacar animales o plantas de peligro, o en repoblar un área vaciada por un incendio forestal, ahora podemos medir de manera fácil y económica la variabilidad genética para medir mejor la probabilidad de supervivencia de esos individuos translocados. No es el único criterio, pero es un pieza del rompecabezas", concluyen.